El Trastorno de Identidad Disociativa (TID), conocido popularmente como “doble personalidad” o personalidades múltiples, es una enfermedad mental compleja y poco comprendida. Las personas que lo padecen desarrollan dos o más identidades distintas, cada una con su propio comportamiento, recuerdos y forma de ver el mundo. Estas identidades pueden alternarse sin previo aviso, afectando profundamente la vida del paciente.
¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVA?
El TID es un trastorno disociativo grave, donde la mente de la persona se fragmenta en diferentes identidades para enfrentar experiencias traumáticas, generalmente ocurridas durante la infancia. Abuso físico, emocional o sexual extremo es una de las causas más comunes que llevan a la mente a “dividirse” como mecanismo de defensa.
Cada identidad puede tener un nombre, edad, género, y hasta habilidades o gustos distintos, haciendo que el paciente sienta como si viviera varias vidas en una. Además, no siempre las identidades están al tanto unas de otras, lo que genera pérdidas de memoria o lagunas temporales.
SÍNTOMAS PRINCIPALES
1.Presencia de dos o más identidades distintas que toman el control de la conducta de la persona.
2.Amnesia disociativa, donde el paciente olvida eventos importantes que las otras identidades vivieron.
3.Confusión sobre quién es o sensación de desconexión con la realidad.
4.Cambios repentinos de comportamiento, voz o habilidades, dependiendo de la identidad activa.
5.Ansiedad, depresión y autolesiones, que suelen acompañar al TID.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Diagnosticar el TID es complicado, ya que muchas veces se confunde con otros trastornos como la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad o episodios psicóticos. El diagnóstico lo realiza un especialista en salud mental, quien debe observar los patrones disociativos y la presencia de identidades múltiples a lo largo del tiempo.
El tratamiento principal es la psicoterapia, especialmente enfoques como la terapia cognitivo-conductual o terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), que buscan integrar las identidades y ayudar al paciente a procesar los traumas del pasado. En algunos casos, se utilizan medicamentos para tratar síntomas como la depresión o ansiedad, pero no existe una cura farmacológica específica para el TID.
MITOS Y REALIDADES
El Trastorno de Identidad Disociativa ha sido malinterpretado por la sociedad y los medios, que a menudo lo representan en películas y series como un fenómeno peligroso o relacionado con la criminalidad. Sin embargo, la mayoría de las personas con TID no representan un peligro para los demás, sino que luchan internamente con su propia identidad y traumas.
Es importante que la sociedad rompa los estigmas en torno a este trastorno y se promueva la empatía y el acceso a tratamientos adecuados para los pacientes. La clave para su recuperación es un entorno comprensivo y apoyo continuo, tanto de los familiares como de profesionales de salud mental.
El Trastorno de Identidad Disociativa es una enfermedad real que va más allá de los estereotipos de la “doble personalidad”. A través de terapia y tratamiento especializado, las personas afectadas pueden encontrar equilibrio y mejorar su calidad de vida. Hablar abiertamente sobre la salud mental y educar a la sociedad es fundamental para eliminar los prejuicios y brindar apoyo a quienes más lo necesitan.