Guanajuato pondrá en marcha en septiembre una prueba piloto de educación sexual en escuelas de nivel básico, con el objetivo de prevenir embarazos no deseados, reducir la deserción escolar y atender problemáticas relacionadas con el consumo de adicciones en adolescentes. La estrategia será evaluada en un grupo reducido de planteles para determinar su aceptación y efectividad antes de decidir si se extiende a todo el sistema educativo estatal.
Autoridades educativas indicaron que el piloto busca involucrar a las familias para socializar los contenidos y aclarar inquietudes sobre su alcance. Sin embargo, la medida ha generado controversia: organizaciones como Actívate y el Frente Nacional por la Familia han interpuesto recursos legales para frenar su aplicación, acusando falta de transparencia y advirtiendo sobre posibles enfoques ideológicos.
El programa forma parte de un plan legislativo más amplio que, en junio pasado, llevó al Congreso del Estado a aprobar reformas a la Ley de Educación para incluir la educación sexual integral y reproductiva en el currículo escolar. La norma establece que los contenidos deberán ser neutrales, basados en evidencia médica y adaptados al contexto cultural.
La reforma recibió respaldo de legisladores de distintas fuerzas políticas, quienes coincidieron en que la iniciativa responde a una necesidad de salud pública. Destacaron la importancia de que los estudiantes reciban información científica que les permita tomar decisiones libres y responsables, siempre con la participación activa de madres, padres y tutores.
La prueba piloto se aplicará en dos secundarias, una en Silao y otra en Romita, donde se abordarán temas como salud sexual, prevención de embarazos, respeto interpersonal y proyecto de vida. Los resultados servirán para definir si el modelo se replica en más escuelas durante el siguiente ciclo escolar.



































