Vecinos de las colonias El Cerrito, Infonavit I y San José volvieron a alzar la voz tras nuevas excavaciones y la tala de árboles en la Avenida Sol, zona que desde hace meses se encuentra envuelta en denuncias por presuntas irregularidades y posibles intentos de apropiación de un área verde que pertenece a la comunidad.
De acuerdo con reportes ciudadanos, en días recientes se observaron camionetas y maquinaria con logotipos de PEMEX, realizando trabajos en el camellón central, donde se calcula que fueron talados entre 10 y 30 árboles, según distintos testimonios. Lo anterior provocó molestia entre los vecinos, quienes cuestionan la falta de transparencia sobre quién autorizó las obras y bajo qué permisos se realizaron.
Consultado sobre el tema, el presidente César Prieto reconoció que el municipio tiene conocimiento del caso y que incluso recibió fotografías y denuncias ciudadanas. Sin embargo, al ser cuestionado sobre la responsabilidad directa de PEMEX o la posible relación con el expresidente Genaro Carreño Muro, el mandatario ofreció una respuesta ambigua, ya que dejó que “al parecer” se trata de un asunto de Pemex Logística, aunque después admitió que podría existir un litigio o disputa legal por el terreno, sin precisar detalles.
Mientras tanto, los trabajos continuaron sin que se presentaran públicamente los permisos o estudios ambientales requeridos para intervenir una zona arbolada. “Sean cinco o treinta árboles, no tenían por qué hacer eso”, dijo el presidente municipal, aunque se limitó a afirmar que se procederá “de manera correcta” para investigar lo ocurrido.
La ciudadanía, sin embargo, considera que la autoridad municipal no ha dado una respuesta clara ni firme frente a un caso que ya había generado inconformidad en 2024, cuando se denunció que el exmunícipe panista Genaro Carreño habría intentado vender parcelas del mismo camellón, bajo el argumento de que eran terrenos particulares.
El espacio afectado, históricamente una franja verde donde pasaba el antiguo tren conocido como «La Burrita», fue reforestado por los propios vecinos el año pasado. Hoy, el área vuelve a verse amenazada, esta vez con maquinaria pesada y sin avisos previos.
Para los quejosos, la tala representa una agresión ambiental y un símbolo de impunidad, pues ni PEMEX ni el municipio han mostrado documentos o medidas concretas que expliquen o detengan la intervención.
La exigencia es que se esclarezca quién autorizó los trabajos, quién los ejecutó y bajo qué fundamento legal se talaron árboles en una zona urbana que la propia comunidad considera suya.


































