Cientos de estudiantes de Salamanca y de municipios de la región han expresado sentirse vulnerables frente a la inseguridad que enfrentan en su día a día. Robos, asaltos y situaciones de riesgo se han convertido en una constante en los trayectos hacia las instalaciones universitarias, lo que ha generado preocupación entre jóvenes y familias que piden condiciones más seguras para poder continuar con sus estudios.
La Universidad de Guanajuato y las autoridades locales han señalado que trabajan en acciones para reforzar la vigilancia, aunque los propios estudiantes consideran que estas medidas resultan insuficientes ante la magnitud del problema. La realidad, dicen, es que la vida académica en distintos campus se desarrolla bajo la sombra de la inseguridad, con recorridos que para muchos representan un riesgo constante.
En Salamanca, una de las ciudades más afectadas, los universitarios relatan que los traslados diarios hacia aulas y residencias son motivo de alerta, pues se han registrado episodios de violencia y asaltos en diversas zonas. Esta situación no solo limita su movilidad, sino que impacta en la tranquilidad de las familias que ven en la educación un esfuerzo diario que ahora se acompaña de temor.
Aunque se han anunciado patrullajes y acciones preventivas, el reclamo principal sigue siendo atender de fondo las condiciones que exponen a los estudiantes a la violencia. La exigencia es clara: garantizar entornos seguros donde los jóvenes puedan desarrollarse sin miedo, y donde estudiar no signifique un riesgo para su integridad.


































