El derecho ciudadano de transitar libremente por las calles
Por Manuel De la Torre Rivera
Podría parecer una exageración reclamar este derecho en pleno siglo XXI, pero es en la realidad un derecho limitado y propiamente autolimitado comúnmente, porque es el mismo ciudadano el principal causante de violaciones a su derecho, causándose incomodidades que le hacen menos placentera su existencia y provocando riesgos a minusválidos, menores y personas de la tercera edad, ¿A qué me refiero?
Todos hemos transitado a pie por las calles de nuestras ciudades en el Bajío guanajuatense y posiblemente con excepción del primer cuadro, las calles periféricas adolecen de múltiples deficiencias para el libre tránsito de los ciudadanos y estos van desde defectos en el trazo de las calles que han sobrevivido al paso del tiempo, los abusos de los propios propietarios ciudadanos de inmuebles que invaden la vía pública con proyecciones arquitectónicas fuera de norma, hasta obstáculos fijos como son postes de luz y móviles como son tendidos externos de anuncios comerciales, mercancía, estacionamiento de bicicletas, motos y automóviles sobre las banquetas, por mencionar los más comunes.
Uno de los principales problemas de las personas con discapacidad son las barreras arquitectónicas que presentan las ciudades, esto es, aceras sin rampas para sillas de ruedas o carreolas, irregularidades del piso como escalones, rampas mal diseñadas para cocheras, automóviles mal estacionados, contenedores de basura en mitad de la calle, entre otros.
Ante esta anómala situación en Europa y Norteamérica se están organizando los propios ciudadanos para emprender una campaña tendiente a eliminar este tipo de anomalías y en nuestro país en la ciudad de México, habitantes de las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, se sumaron a la campaña internacional #Barrerismo, que así se le conoce internacionalmente ante la negligencia de las autoridades en su obligación de proteger el derecho a la accesibilidad y a caminar en banquetas libres de obstáculos.
Más de 4 millones de personas con movilidad reducida en el mundo, sufren cada día las barreras que suponen los vehículos urbanos y otros obstáculos que se dejan en cualquier parte de la acera: bicicletas, patinetas, vehículos mal estacionados, anuncios, además de lo anterior, afean las calles.
En la capital del país, luego de intentar que las autoridades regularan la operación de las unidades de éstas intenciones sin éxito, los activistas por la defensa de la movilidad libre de obstáculos informan que se suman a la campaña #Barrerismo en busca de la liberación de las banquetas, los pasos peatonales y las rampas para sillas de ruedas.
La campaña comenzó en España con la Organización Nacional de Ciegos Españoles, ONCE, organización dedicada a la inclusión de las personas con discapacidad visual, lanzó el video #Barrerismo, en donde describen el conjunto de problemas diarios que padecen las personas con problemas de ceguera o motricidad.
A través de un vídeo que derrocha ironía, la ONCE muestra ejemplos de lo que representa el “barrerismo” para las personas con discapacidad. Además, ha abierto en Change.org una petición de recogida de firmas por una “ciudad libre de obstáculos” y para que la Real Academia Española acepte este término. Estaría bien que en nuestras ciudades de provincia hiciéramos otro tanto
