“Obsesión Paranormal México” busca darle luz a los difuntos abandonados.
Hoy, los salmantinos nos comenzamos a preparar para ofrecer una dádiva a todos aquellos seres amados que nos han dejado por un tiempo y que sin duda volveremos a encontrar, muchos no hemos abandonado el alma de las personas que fueron importantes en nuestra vida, pero, hay difuntos que penan en el camposanto porque ningún familiar o amigo les visita ni les dedica una oración o les enciende una veladora en un paisaje amalgamado por figuras religiosas, donde duermen los cuerpos de nuestros amados seres.
El Día de los Muertos y el de los Santos Difuntos, son dos especiales y folclóricas tradiciones de nuestro México y por supuesto de nuestra Salamanca, son conocidas fechas en la que todos rememoramos con cariño, ternura y apego a nuestros seres queridos, a quienes tanto amamos, a esas personas que jamás olvidaremos porque subsisten en nuestros recuerdos en nuestros hogares e incluso en la música, en los festejos, hasta en los alimentos.
Es día de recordar todavía más a esas personas que dejaron huella en nosotros y que cada vez que las traemos a la mente, a pesar del tiempo y del espacio, se siguen nublando nuestros ojos; es un día especial porque se aproxima la visita de nuestros abuelos, hermanos, padres, hijos, amigos y conocidos que ya no están físicamente en este mundo pero no los olvidaremos en ningún tiempo y sabemos que seguramente nos perciben y nos aprecian desde otro punto del universo, también logran saber que estaremos a su lado incesantemente.
En los panteones, aún vive algo de su esencia, en los camposantos descansan sus restos pero su alma nos acompaña; en estos lugares se siente la presencia de muchos difuntos que fueron amados, pero otras almas han sido olvidadas, pues en los panteones hay tumbas que datan de hace muchas décadas y no reciben visitas, lucen más lúgubres de lo normal pues nadie les deja rastro siquiera de un albor que los ilumine, es por ello que el grupo “Obsesión Paranormal México” se dedica a llevar un poco de calma a las almas que viven errantes y busca entonces hacerlos trascender.
Niños, adultos y ancianos yacen en las tumbas, para la muerte no importa la edad, la condición, mucho menos el estatus social, nacemos para morir y al hacerlo queremos ser recordados, concurridos y siempre amados, vayamos a darles un abrazo en el alma a todos nuestros queridos que viven entre nosotros .