En México, la crisis sanitaria originada por COVID-19 ha dejado a 11.9 millones de personas sin empleo, de acuerdo con la Encuesta sobre COVID y mercado laboral realizada por el INEGI.
De los 11.9 millones de desempleados, 7.8 millones fueron suspendidos temporalmente por culpa del virus. Mientras que 4.1 millones de personas que deseaban trabajar no pudieron buscar opciones laborales por la pandemia que atraviesa el país.
De los 7.8 millones que fueron suspendidos, el 42.3% confía en que retornará a su trabajo al terminar la contingencia.
La crisis también ha dejado una disminución de ingresos en el 46% de la población ocupada.
La encuesta indica que en el 30.4% de las viviendas, algún integrante perdió su trabajo por la pandemia y en 65.1% de las viviendas sus ingresos disminuyeron durante la contingencia, por lo que sus integrantes tuvieron que vender algún bien, pedir dinero prestado o recurrir a sus ahorros.
Respecto a las personas que conservaron sus empleos, aproximadamente 32.9 millones, 23.5% trabajó desde su casa, 30.3% no trabajó las horas habituales, 46.1% disminuyó su ingreso y 21.8% estuvo ausente temporalmente de su trabajo manteniendo un vínculo laboral.
EFECTOS DE COVID-19 EN LAS EMPRESAS
El COVID-19 también impactó en las empresas, pues el 93.2 % registró al menos un tipo de afectación debido a la contingencia sanitaria.
La mayor afectación fue la disminución de los ingresos, con 91.3 por ciento; y le siguió la baja demanda que a nivel nacional se reportó en 72.6% de las empresas consultadas.
La mayoría priorizó el no despido de personal, sobre la reducción de remuneraciones y/o prestaciones con porcentajes a nivel nacional de 19.1 y 15.4% respectivamente.
Solo 7.8% obtuvo algún tipo de apoyo, mientras que el resto (92.2%) no recibió ayuda de ninguna índole. La mayor parte de los apoyos que obtuvieron las empresas (88.8%) provinieron de los gobiernos federal, estatal o municipal.
Información de Nación321