Para mantenerse hidratado correctamente, no sólo se debe controlar la cantidad de líquido que se toma, sino también la calidad.
Estudios recientes del Instituto Nacional de Salud Pública, comprueban que gracias a las campañas contra la obesidad, sobrepeso y la diabetes, se incrementó en un 6% el consumo de agua simple.
La jarra del buen beber es una guía para la correcta hidratación, que cuenta los seis niveles de porciones de líquidos recomendadas para consumir todos los días.
Primer nivel destaca el consumo de 6 a 8 vasos de agua simple; en el segundo, tomar un máximo de dos vasos de leche semidescremeada y descremada; en el tercer nivel, un máximo de cuatro tazas de café o té sin azúcar.
En el cuatro nivel se recomienda consumir máximo dos vasos de bebidas no calóricas con edulcorantes artificiales; en el quinto nivel, medio vaso de jugo 100% de frutas, leche entera, bebidas deportivas o debidas alcohólicas, mientras que en el sexto nivel se propone el consumo esporádico de refresco o agua de sabor.
De acuerdo a los especialistas del sector salud, una hidratación adecuada favorece el buen funcionamiento del intestino y de los riñones, regula la temperatura corporal, ayuda a la digestión de los alimentos, favorece la excreción de sustancias toxicas del cuerpo, el transporte de nutrimientos, así como la eliminación de los desechos que el cuerpo no necesita a través de orina y heces.
Afirman que una bebida saludable hidrata o aporta nutrimentos al cuerpo sin proporcionar calorías extra a la alimentación cotidiana, por ejemplo, el agua, café, té, infusiones y, en algunos casos, leche descremada y semidescremada.
De esta forma, explican que, para mantener una buena salud no sólo es importante la dieta correcta, sino una adecuada hidratación del cuerpo, dependiendo del peso, talla, edad y temporada de año.
Asimismo, durante la temporada de calor, también es importante tomar medidas adicionales tanto para la hidratación como para la prevención de padecimientos como diarrea y gastroenteritis, que presentan mayor incidencia entre los meses de marzo y septiembre.
Las personas con mayor riesgo de padecer estas enfermedades son los niños menores de 5 años, los adultos mayores, así como personas enfermas o con sobrepeso.