De acuerdo con la información científica disponible hasta el momento, no existe evidencia de que la nueva cepa del virus SARS-CoV-2 que se detectó en Reino Unido sea más dañina que el coronavirus actualmente conocido, afirmó el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía Zegarra.
La Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria (UIES) de México realiza un monitoreo para detectar esta variante en nuestro país y, en su caso, darle seguimiento y revisar si pudiese representar un riesgo, subrayó el funcionario durante la conferencia de prensa sobre coronavirus que encabezó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
Los primeros registros de la nueva variante y sus mutaciones se detectaron en septiembre de este año en Reino Unido, donde existen poco más de mil casos. En este momento se investiga si ese aumento se debe a la cepa como tal o a la mayor movilidad por las fiestas decembrinas.
Alomía Zegarra indicó que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que de acuerdo con los estudios realizados hasta el momento, existe más riesgo de complicaciones en la salud por la existencia de comorbilidades que por la nueva variante inglesa.
En su oportunidad, el subsecretario López-Gatell Ramírez aseguró que mientras no se cuente con un mecanismo de prevención de COVID-19 específico generalizado, se deben seguir las recomendaciones que se han indicado desde el inicio de la pandemia para reducir el riesgo de contagio: sana distancia, lavado frecuente de manos con agua y jabón, uso correcto de cubrebocas y atención médica en las primeras 48 horas a partir del inicio de síntomas, sobre todo para quienes tienen comorbilidades.
A estas medidas se suman las acciones que llevan a cabo las autoridades de cada entidad federativa en función del comportamiento de la epidemia y de las actividades económicas esenciales en la región.
Precisó que a un año de los primeros casos del SARS-CoV-2 en China, siguen los estudios en diferentes países sobre la inmunidad en quienes ya se contagiaron; no obstante, no hay conclusión generalizada sobre la duración de la inmunidad, “hasta el momento se asume que puede ser duradera por seis meses, pero no hay certidumbre científica”, comentó.
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