El inicio de la Cuaresma podría romper la tradición de antaño, es muy posible que dé inicio desde casa y sin la asistencia a algún templo para evitar aglomeraciones y cuidar la salud de los salmantinos.

Hasta el momento, lideres católicos de Salamanca  no han emitido datos  sobre la forma en que se llevará a cabo el inicio de la Cuaresma con el tradicional miércoles de Ceniza.

De acuerdo con  de parroquias locales, se ha dado a conocer que el próximo fin de semana en cada celebración Eucarística se informará a detalle cómo  será para los salmantinos el miércoles de ceniza 2021 ante la pandemia por COVID-19.

Pese a que el anuncio no es oficial por parte de las autoridades eclesiásticas, fieles externaron a este medio de comunicación que posiblemente el miércoles de ceniza se organice una dinámica de la misma manera que otras Diócesis lo llevarán a cabo.

En otros municipios ya se ha confirmado que debido a las dificultades que nos está tocando vivir por causa de la presente pandemia se ha solicitado a los Párrocos y Rectores que prevean la bendición de la ceniza para este próximo fin semana y dispongan todo para que los fieles puedan recogerla y llevarla a sus hogares o lugares de trabajo. Así, la ceniza bendecida deberá estar disponible en templos desde el día sábado 13 de febrero al miércoles de ceniza.

En un comunicado la Arquidiócesis de León detalló  que se hará de la manera antes mencionada e instó a los católicos para que vivan el inicio de la cuaresma con oración, ayuno, penitencia y las obras de caridad, pues la imposición de las cenizas en donde recuerdan que polvo somos y en polvo nos convertiremos de tendrá que vivir desde casa.

Lo anterior no está confirmado para este municipio, sin embargo, hay una gran cantidad de fieles que independientemente de lo que señale la Diócesis de Irapuato que rige a Salamanca, procurarán las medidas sanitarias que eviten aglomeraciones y vivirán esta tradición católica desde casa haciendo ayuno, oración y evitando consumir carne.

La COVID-19 ha dejado un sinnúmero de mermas en la sociedad católica, entre ellas, la pausa a las misas presenciales, la cancelación de peregrinaciones, el cierre de templos, y ahora podría generar la cancelación de una tradición de antaño que bien podría realizarse con aforo controlado o definitivamente vivirse desde cada hogar.