Desaparición de personas y responsabilidades de los municipios en Guanajuato, según las leyes y el Protocolo Homologado de Búsqueda*
SoyBarrio/ Al 3 de marzo de 2021 en el país permanecían 84,130 personas en calidad de desaparecidas o no localizadas, para Guanajuato 2,399 personas y, de éstas, 1,256 (el 52.3%) habían desaparecido después del 1 de diciembre de 2018…
SoyBarrio/ La desaparición de personas es una violación grave y múltiple a los derechos humanos, un delito de tipo continuo e imprescriptible, además de representar una ruptura material y simbólica del orden y de la convivencia social, comunitaria y familiar. En México esta práctica, difundida entre actores estatales y particulares ya desde mediados del siglo pasado y especialmente como estrategia de Estado desde la década de 1970 (Ovalle, 2019), ha estado evolucionando y creciendo de modo pronunciado desde 2007. En Guanajuato y en León el aumento más notable se ha registrado desde 2018, sin que esto signifique que con anterioridad la desaparición no tuviese una presencia preocupante.
Según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), al corte del 3 de marzo de 2021 en el país permanecían 84,130 personas en calidad de desaparecidas o no localizadas, mientras que el total para Guanajuato era de 2,399 personas y, de éstas, 1,256 (el 52.3%) habían desaparecido después del 1 de diciembre de 2018 (RNPDNO, 2021).
Según el antiguo Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas, extinto el 30 de abril de 2018, en Guanajuato en esa fecha había 621 personas desaparecidas del fuero común y federal, siendo los municipios de Celaya (97 casos totales), León (82), Pénjamo (44), Apaseo el Alto (28) y Guanajuato (27) los de mayor incidencia (Galindo et al., 2019, p. 24, 42).
Casi tres años después, a la fecha del 3 de marzo de 2021, los municipios con más personas desaparecidas eran: Celaya (con 362), Irapuato (315), León (277), Salamanca (161) y Pénjamo (119). Aun considerando que la población de León es significativamente mayor que la de Celaya, de Irapuato o Pénjamo, no dejan de sorprender la persistencia y el crecimiento del fenómeno en la ciudad. En León, las personas de sexo masculino desaparecidas son 218, las de sexo femenino son 42 y 17 personas aparecen como “indeterminado” (RNPDNO, 2021). Cabe señalar que estos números no pueden dar cuenta de la cifra negra de las desapariciones que no son denunciadas por miedo, amenazas u otro motivo. Finalmente, según la fiscalía general del estado, al 15 de febrero había 2,615 personas desaparecidas en Guanajuato (FGEG Unidad de Transparencia, 2021).
Más allá de las cifras, un dato importante es que son miles las personas que cada año, día tras días, se encuentran temporal o permanentemente en una situación de vulnerabilidad debido a su extravío involuntario o desaparición, y debe garantizarse su derecho a ser buscadas (CNB, 2020, p. 21).
Otros dos fenómenos delictivos que, en varios contextos, han mostrado cierta correlación con las desapariciones son las inhumaciones o fosas clandestinas y los homicidios dolosos. En León se han reportado siete hallazgos de fosas clandestinas de 2009 a 2020 y las carpetas de investigación por homicidio intencional crecieron de 457 en 2019 a 635 en 2020, posicionando León como el municipio más violento de Guanajuato y con crecimiento de la tasa por cada cien mil habitantes de 28.97 en el 2019 a 39.97 en el 2020 (o sea, el 37.97% más en año y superior al promedio nacional de 28) (Ruiz, Susarrey y Lorusso, 2021; OCL, 2021, p. 4).
Pese a lo anterior, la atención política y pública hacia la problemática, así como las medidas concretas de tipo legal, social y operativo para encararla, han sido limitadas y tardías en la entidad, siendo los gobiernos municipales corresponsables de este retraso, al tener obligaciones y atribuciones legales respecto de las desapariciones que no han sido debidamente atendidas.
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