En 2021, más de 23 mil personas recibieron asesoría y orientación relacionadas con salud mental a través de la Línea de la Vida.
- Este 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión
El Sistema Nacional de Salud cuenta con servicios médicos desde el primer nivel de atención hasta unidades especializadas para la detección y tratamiento de la depresión, donde también la persona es escuchada y recibe apoyo para reintegrarse a su vida cotidiana de forma positiva, informó la directora de Normatividad y Coordinación Institucional del Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental (STConsame), Diana Iris Tejadilla Orozco.
Afirmó que la pérdida de vidas, restricciones sociales, factores económicos y cambio de hábitos por la pandemia de COVID-19 ocasionaron problemas de salud mental como ansiedad, estrés o depresión.
La primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), refiere que 15.4 por ciento de la población adulta (19.5 por ciento en el caso de las mujeres y 10.7 por ciento en hombres) presentó síntomas de depresión en 2021. Además, 23 mil 263 personas llamaron a la Línea de la Vida donde recibieron asesoría y orientación relacionadas con salud mental.
En ese contexto, el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión este 13 de enero se enfoca en sensibilizar a las personas sobre la necesidad de detectar y diagnosticar a tiempo este trastorno que puede aparecer “cuando algo está mal a nivel biológico, mental o social, resultado de las circunstancias en las que vive la persona”, detalló.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la depresión como la pérdida de ánimo, de la percepción del placer y de lo que representa la seguridad de vivir. Hace que se pierda el interés en las actividades habituales; cambia la interpretación de la vida y la capacidad de planear y dar continuidad a planes y proyectos; genera tristeza persistente y falta de interés o placer en actividades que antes eran gratificantes o agradables.
Detalló que el sector Salud cuenta con diferentes niveles de atención y vías de contacto para facilitar el acceso a alternativas de servicios, como la Línea de la Vida en el número telefónico 800 911 2000, disponible las 24 horas de los 365 días del año; telemedicina, Centros de Atención Comunitaria y hospitales e institutos de alta especialidad para el tratamiento de casos severos de la depresión, la cual debe considerarse como prioridad en los servicios médicos del país y en todos los niveles.
Otro programa habilitado para la atención de la salud mental es ConTacto Joven Red Nacional de Atención Juvenil que, vía WhatsApp, a través del número de 55 72 11 2009, brinda atención a personas jóvenes adolescentes, para evitar situaciones de violencia y fomentar acciones educativas para contribuir a mejorar la calidad de vida.
La Secretaría de Salud fortalece distintas estrategias para la atención de la salud mental a través de la capacitación de más de 25 mil personas trabajadoras de la salud en clínicas de todo el país, en el uso de la Guía de intervención para los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, así como telementoría, es decir, asesoría a profesionales a larga distancia.
La directora de Normatividad y Coordinación Institucional del Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental explicó que cuatro mil 896 profesionales de la salud de las 32 entidades federativas han tomado el curso de especialización en identificación, valoración e intervención del comportamiento suicida, con el propósito de homologar la atención del trastorno con base en la evidencia científica.
También, a través de la Conadic, y en conjunto con distintas dependencias de los gobiernos federal y estatales, se ha reforzado la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones (ENPA), que aborda la problemática del consumo de sustancias psicoactivas, violencia, suicidio y depresión.
Los referentes para pensar que se puede tratar de depresión son la disminución del interés por todas las actividades más importantes de su vida cotidiana, cambios en el peso corporal, aumento o disminución del apetito, insomnio o exceso de sueño, agitación o lentitud en la movilidad, fatiga o pérdida de la energía, sentimientos de que no son útiles para hacer lo que siempre han realizado, disminución de la capacidad de concentración, pensamiento y cálculo; en niñas, niños o adolescentes puede haber cambio en el rendimiento escolar.
Es importante que la persona se sienta productiva en las diferentes áreas de la vida, desarrolle habilidades, tenga la capacidad de contener el estrés cotidiano y contribuya con la comunidad de manera activa.