La carga económica que el regreso a clases implica es considerable, especialmente para los padres de familia con más de un hijo en algún nivel escolar.

Si bien los gastos varían, estos oscilan entre 800 y hasta 10 mil pesos, dependiendo del nivel que cursen los niños y jóvenes y si es necesario comprar uniformes, mochilas y calzado; que a decir de los papás son los productos en los que más se gasta, además de las inscripciones y cuotas.

Este escenario se ve menos afectado cuando ya se cuenta con uniformes, cuando solo es un hijo en el que se invierte o bien, cuando se tienen apoyos considerables como es el caso para las escuelas públicas, tanto primarias como secundarias, donde a los estudiantes se les ha dotado de colores, tijeras, resistol y cuadernos; por mencionar algunos útiles, además de libros.

El apoyo que se brinda a estudiantes del nivel básico implica un ahorro considerable, algo que los papás agradecen, ya que pueden destinar el recurso que se ahorran para solventar gastos como transporte, comidas y, en su caso, hospedaje de los jóvenes universitarios.

A decir de los pilares del hogar, de no contar con este tipo de beneficios, la panorámica sería distinta y mucho más compleja; tan solo la compra de libros implicaría varios miles de pesos, por lo que todos agradecen este tipo de programas que en verdad alientan y permiten que los menores puedan continuar con sus estudios.

Los programas en beneficio del sector estudiantil siempre son muy bien recibidos, ya que atienden al derecho humano fundamental de la educación. Los padres confían en que continúen, pues implican una ayuda económica extraordinaria. Además, poder continuar estudiando implica que el día de mañana se creen hombres y mujeres de provecho, se supere la pobreza, se disminuyan desigualdades y se garantice un desarrollo sostenible.