En un alarmante contraste con la dura realidad económica de Guanajuato, donde el salario promedio de los trabajadores apenas alcanza los 5,010 pesos al mes, los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado disfrutan de pensiones desorbitantes que aseguran su lujo tras el retiro. Con el llamado «haber del retiro», estos exmagistrados reciben una pensión mensual de 152,000 pesos, además de 50,000 a 60,000 pesos adicionales del ISSEG. Esto les permite disfrutar de más de 200,000 pesos al mes durante un periodo extendido de siete años, acumulando así la asombrosa cifra de 2.4 millones de pesos anuales, o un total de 16.8 millones de pesos en esos siete años.
En Guanajuato, actualmente nueve magistrados se benefician de estas pensiones de lujo, con siete más a punto de incorporarse. Dos de ellos, Mario Gutiérrez Covarrubias y Zoila Pérez Alonso, disfrutan de pensiones vitalicias debido a su régimen anterior, recibiendo 130,740 pesos mensuales adicionales a su pensión.
Por si fuera poco, aquellos magistrados que no son reelegidos tras su primer mandato pueden retirar el «haber del retiro» en una sola exhibición, lo que se traduce en un pago mínimo de 10 meses de salario, además de su pensión regular. Hasta la fecha, 34 exmagistrados han recibido un total de 40 millones de pesos en estos retiros, con Francisco Aguilera Troncoso liderando la lista con un exorbitante retiro de 3,848,024 pesos, seguido por Diego León Zavala con 2,295,303 pesos y Eduardo Hernández Barrón con 2,293,437 pesos.
Este sistema de pensiones doradas contrasta dramáticamente con la vida diaria de los ciudadanos guanajuatenses, quienes deben esforzarse enormemente y ahorrar durante toda su vida para poder enfrentar la vejez con dignidad. Mientras tanto, los privilegios de los magistrados no hacen más que evidenciar una profunda desigualdad. ¿Hasta cuándo continuará esta disparidad?