Lo que comenzó en abril de 2024 como un proyecto para mejorar la imagen urbana y fomentar la activación física en Salamanca, hoy es motivo de molestia y críticas ciudadanas. A más de un año de que se colocaran las primeras planchas de concreto en colonias y comunidades, los ejercitadores y juegos prometidos siguen brillando por su ausencia.
El 5 de abril de 2024, vecinos del bulevar Rinconada San Pedro observaron con curiosidad a trabajadores municipales levantar estructuras que, según informó el Ayuntamiento, serían bases para ejercitadores y luminarias. La intención, dijeron, era rescatar espacios poco utilizados y brindar seguridad con iluminación adecuada.
Un mes después, el 16 de mayo, se anunció que estas plataformas tendrían rampas para personas con discapacidad, plantas de ornato y luminarias. Para el 12 de junio, el municipio incluso presumía que 94 colonias y comunidades ya contaban con las planchas, y que en lugares como Infonavit I, Benito Juárez y el Ecoparque se habían instalado algunos juegos.
Sin embargo, las obras quedaron a medias.
En noviembre de 2024, la molestia vecinal fue en aumento. En colonias como El Vergel, los habitantes denunciaron que las plataformas se habían convertido en puntos de acumulación de maleza y basura. Vecinos señalaron que las estructuras no aportan nada al entorno y que, en lugar de mejorar la calidad de vida, solo afean las colonias y atraen problemas como el abandono y la suciedad.
Para enero de 2025, ciudadanos de diversas zonas coincidieron en que las planchas no tenían utilidad alguna. Ciudadanos comentaron que nadie sabe realmente para qué fueron construidas.
Ante la presión social, el presidente municipal César Prieto reconoció en febrero de 2025 que el proyecto había enfrentado retrasos por cuestiones administrativas relacionadas con la compra de ejercitadores y juegos. Señaló que las obras no estaban canceladas, sino en proceso de reactivación, y aseguró que forman parte de la estrategia municipal de rescate de espacios públicos para reconstruir el tejido social.
Hoy, agosto de 2025, los vecinos siguen esperando que esas plataformas tengan la función para la que fueron construidas. Mientras tanto, los espacios permanecen vacíos, deteriorados y sin el equipamiento anunciado, lo que refleja una vez más la distancia entre los discursos oficiales y la realidad que viven los ciudadanos.


































