Por: Observadora Exterior.
Buenos días estimados lectores, vaya susto el que esta semana nos hizo pasar la refinería ¿verdad? Pero, al final de cuentas, en mayor o menor medida eso es cosa de todos los días, pues el simple hecho de vivir en una ciudad industrial implica un riesgo latente, más aún cuando se oculta la verdad a los ciudadanos y cuando las autoridades carecen de coordinación. Aquí la información de la semana.
No hace falta ser experto.
Una falla eléctrica en la refinería de Salamanca que provocó la emisión de una aparatosa fuga de algún tipo de sustancia amarillosa causo gran alarma en los salmantinos. Que si azufre, que si gas óleo, que si ácidos, que si vapor, bueno, de todo se dijo, pero la verdad es que lamentablemente hasta este momento no sabemos qué fue a lo que todos estuvimos expuestos y lo peor, es que tampoco sabremos los efectos y riesgos que esto pudiera causar a la población a mediano o largo plazo. Lo que es un hecho, es que, como siempre, tanto PEMEX como las instituciones ambientales siguen empeñadas en creer que los salmantinos somos tontos o estamos ciegos, porque ante tales evidencias no hace falta ser un experto en el tema para darse cuenta que las emisiones de RIAMA por fallas, errores o por lo que sea, sí representan un riesgo en menor o mayor medida; pues ni que fueran pétalos de rosas lo que procesan.
La denuncia.
Resulta que con la eventualidad del pasado martes en RIAMA , suman ya tres las denuncias que el municipio ha interpuesto ante la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA)-organismo desconcentrado de la SEMANARNAT y PROFEPA, en contra de RIAMA por daños ambientales, pero no es de extrañarse que hasta la fecha ninguna haya sido dictaminada, pues desafortunadamente en materia de justicia ambiental, por años, a los salmantinos nos han quedado a deber y mucho, y si a alguien le queda duda, pues nada más vaya y platique con habitantes de la colonia la Cruz o San Juan, quienes no sólo han visto mermada su salud, sino que algunos han sepultado a sus hijos, algunos a sus padres o a algún otro ser querido a consecuencia de aquel delito ambiental que se suscitó en el año 2000. Así que, el hecho de que este en Salamanca un inspector de la ASEA no garantiza que se vayan a respetar la leyes ambientales, pues ha estado PROFEPA y el IEE y las cosas en material ambiental siguen igual, a pesar de que nos quieran hacer creer lo contrario.
La incongruencia.
Al presidente municipal Justino Arriaga Rojas, le resulto más propicio respetar la ley de la oferta y demanda que la Constitución del Estado de Guanajuato recientemente reformada en sus artículos 117 y 5 para prohibir la instalación de casinos y table dance en la entidad, sin embargo, este viernes el cabildo en Salamanca aprobó la instalación de estas casas de juego, según el alcalde bajo la premisa de “respetar” la libre competencia económica, aunque luego de la manera en cómo su gobierno se ha ensañado con los comerciantes informales, resulta paradójico-y también garantizando la seguridad en estos centros, lo cual también es un tanto incongruente, considerando que los casinos están vinculados con serios padecimiento de ludopatía-trastorno de salud reconocido como tal por la OMS-y que precisamente fue uno de los motivos por los cuales el Congreso del Estado aprobó la prohibición de estos lugares al considerar que traen consigo efectos nocivos para la salud, la seguridad e incluso la economía del Estado, y eso sin profundizar en las diversas irregularidades de carácter administrativas y hasta delitos que, al menos en el estado de Guanajuato, se han presentado para el otorgamiento de los permisos para la operación de estas casas de apuestas. Y con eso de que Salamanca es famosa por los “moches” habría que estar muy al pendiente.
El eterno problema.
La situación del mercado Tomasa Esteves ha sido el eterno problema para administración municipal que entra y sale, y es que nadie ha querido tomar al “toro por los cuernos”. La falta de mediación política entre gobierno y “líderes”, pero sobre todo, la falta de un proyecto integral que considere la remodelación total del mercado con capacidad instalada para satisfacer las necesidades de los clientes, así como la reubicación de los comerciantes informales de las periferias es lo que ha requerido para erradicar los múltiples problemas que por años ha presentado este centro de abasto. Definitivamente cerrar sus locales para sumarse al comercio informal como están haciendo algunos locatarios o ignorar la situación, no es la solución, hay que entender que lo que se requiere es mejorar el mercado para que esté en condiciones de competir con las grandes cadenas comerciales que se encuentran y que están llegando a nuestro municipio.
Los conflictos de las ciclovías.
Ante los diversos y evidentes rechazos de salmantinos por la red de ciclovías que está realizando el gobierno que encabeza Justino Arriaga Rojas, la administración municipal ya no haya ni cómo hacer para lograr la simpatía de los ciudadanos con este proyecto, pero lo que parece que el alcalde no ha comprendido es que a los salmantinos no les molesta esta obra como tal, pues sabemos que contar con ciclovias habla no sólo de una ciudad, sino también de una sociedad en desarrollo. Lo que molesta es que todo indica que es un proyecto mal planeado, más a capricho que necesario, molesta que se reduzcan las calles-ya de por sí estrechas-y que las vialidades continúen en pésimo estado, molesta que estén gastando recurso público en estas obras cuando hay ciento de ciclistas que las ignoran, molesta que aún no terminen un tramo cuando ya están abriendo otro. Eso es lo que molesta señor alcalde, la evidente mala planeación, mala organización, mala ejecución, la imposición de caprichos y el sobreprecio en la obras.
