Megaproyectos, “desarrollos” de injusticia social.
Los megaproyectos que se desarrollan a lo largo del territorio nacional como son las supercarreteras, presas para energía eléctrica y desvío de agua para otras regiones o actividades, centros turísticos y mineros; tienen una falla constante llamada injusticia social.
Además estos proyectos tienen carencias técnicas en sus estudios previos de impacto ambiental, por ejemplo información del medio natural incompleta o pobre, falta de una metodología de análisis cuantitativo que le dé un soporte objetivo a las evaluaciones de los impactos, raquítico análisis sociocultural de la región destino, amén de la corrupción existente entre la empresa promotora del proyecto, la consultora encargada de realizar los estudios ambientales y las autoridades ambientales de los tres niveles de gobierno.
Todo lo anterior conduce a facilitar la ocupación extensiva del territorio nacional con una desmedida explotación de los recursos naturales y humanos, siendo éstos últimos de los más vulnerados pues recurren a prácticas inmorales para doblegar a comunidades enteras.
Entre las prácticas inmorales comunes, utilizan las siguientes:
1. Ofrecen un proyecto que traerá “progreso” a la comunidad con empleos que al final se convierten en salarios de miseria.
2. Compra de voluntades por medio de dádivas económicas que en realidad son migajas ofensivas.
3. Compra de terrenos ejidales o particulares a precios bajos.
4. Manipulación de la información para crear diferencia de opiniones y dividir a la comunidad.
5. Promesas de compromiso social con la comunidad (construcción de escuelas, clínicas, pavimentación de calles, agua potable, etc.) y que no siempre llegan a cumplir o lo realizan parcialmente.
6. Amenazas indirectas a grupos ciudadanos opositores al proyecto e incluso el uso de la delincuencia organizada para infundir temor, levantones de gente y hasta desaparición forzada.
También es común el caso de daños al patrimonio nacional histórico, a tradiciones de comunidades indígenas y en general a los derechos humanos.
Uno de los más recientes ejemplos de megaproyectos en dónde podemos apreciar algunas de las malas prácticas y consecuencias mencionadas, es el proyecto turístico Vidanta (Mayan Palace) en Nuevo Vallarta, Nayarit, en dónde una comunidad de origen chiapaneco llamada Jarretaderas, sufre la envestida del poder económico y sus intereses mezquinos para quitarles su territorio y sus actividades económicas como la pescai.
No es la primera vez que ocurre en ese estado una acción similar, en el proyecto de Punta Mita, las comunidades de esa región han padecido esta injusticia social, avalada por los gobiernos de las últimas décadas.
Es triste, inclusive como turista nacional, visitar estos bellos lugares supuestamente propiedad de la nación como son los litorales marítimos, y ser tratado como intruso en nuestro propio país, pues se han apropiado del territorio, privatizando su acceso haciendo uso y abuso inadecuado del poder para intimidar al que no cumple sus expectativas de “negocio”.
Por ultimo quisiera señalar que conocer nuestros derechos nos dará la fortaleza para organizarnos y ejercerlos de manera inteligente, pacífica y contundente para recuperar nuestros territorios en beneficio de todos los mexicanos.
(Ver más información en las ligas: http://www.jornada.unam.mx/2017/01/09/estados/027n1est , https://social.shorthand.com/antoniotello/nCT9eBuyUsY/vidanta-edifica-al-cirque-du-soleil-en-nayarit-y-se-apropia-hasta-de-una-parcela-escolar ).
