Según el estudio «Tráfico Humano y Violencia Doméstica en los Estados Unidos» publicado por la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos a principios de este año, actualmente 2 millones de personas trabaja en labores domésticas en ese país. La mayoría son mujeres e inmigrantes. Muchas de ellas trabajan en condiciones deplorables y el país de origen que encabeza la lista de nacionalidades es México.
El documento revela que de 2.000 entrevistadas el 67 por ciento de las trabajadoras recibieron sueldos por debajo del salario mínimo; el 30 por ciento reportó que a veces el empleador ni siquiera les pagó completo. El 29 por ciento declaró haber tenido problemas médicos derivado del esfuerzo físico sin que nadie las apoyara. La gran mayoría de ellas no duerme más de cinco horas diarias.
Esto sucede, debido a la naturaleza de la mano de obra: mujeres migrantes que no están familiarizadas con Estados Unidos, sus derechos laborales y migratorios.
Además que algunas de ellas fueron llevadas a Estados Unidos forzadas o con engaños, y frecuentemente fueron golpeadas o abusadas sexualmente.
En los últimos 10 años la Alianza ha documentado 110 casos de tráfico de trabajadores domésticos, en su mayoría mujeres. Algunos de los países de origen son México, Filipinas, Honduras, Nicaragua, Chile y Panamá.
El caso más reciente que documentó la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos fue el de una jovencita llamada Rosa, quien fue llevada a los 13 años a Estados Unidos. Durante el camino fue violada varias veces y cuando finalmente llegó a ese país le consiguieron un trabajo como empleada doméstica.
A Rosa la esclavizaron durante 10 años y no acudió a las autoridades ya que durante ese tiempo fue amenazada con ser entregada a inmigración.
Para Shannon Marie Wolf, consultora del Departamento de Seguridad de Estados Unidos del área de Tráfico de Personas, dijo que en algunos casos de tráfico de mujeres encontraron que las jóvenes ni siquiera habían caído en cuenta de lo que les había pasado.