Dicen que la tecnología nos conecta y nos mantiene cerca de personas aunque vivan lejos; pero, lo cierto es que cada vez es más común el aislamiento social.
Este tipo de retiro se ha vuelto una epidemia con consecuencias a nivel físico, mental y emocional. Según un estudio publicado por Damon Winter en el NYT, desde los años 80’s a la fecha, ha incrementado hasta en un 40%.
Además de estar «conectados» a redes sociales y smartphones todo el tiempo, la investigación revela que la población mayor a 65 y 85 años tiende a vivir sola.
Ansiedad y depresión
El problema de sentirse solos la mayor parte del tiempo es que desencadena desequilibrios emocionales como estrés, depresión y ansiedad.
«Varias investigaciones nuevas sugieren que estar socialmente aislados es malo para nosotros.
Las personas con menos relaciones sociales presentan trastornos del sueño y alteraciones en su sistema inmunitario, lo que provoca que se eleven las hormonas relacionadas con el estrés.
Consecuencias del aislamiento social
- Patrones de sueño interrumpidos
- Inflamación en el vientre, manos y pies
- Mayor producción de hormonas del estrés
- Aumento del 32% del riesgo de infarto
- Hasta 29% más de problemas cardiovasculates
- Metabolismo lento
- Riesgo de muerte prematura en jóvenes menores a 28 años
Problema de aceptación
La soledad e sun problema de aceptación, por miedo a hablarlo con los demás. Admitir que estamos solos, se piensa que es reconocer que hemos fallado en algo (amor, apego, sentido de pertenencia), pero no es así.
Muchas veces podemos sentirnos solos estando siempre rodeados de mucha gente y esto no hace alejarnos más y alejar a las pocas personas que aún teníamos cerca.
Por eso es indispensable consultar a un terapeuta, un psicólogo o psiquiatra, que te ayude a salir de esa incertidumbre que propicia el aislamiento social.
¡Reconéctate contigo mismo y tus emociones!