A pesar de que una de las apuestas de la reforma era reducir el costo de las campañas, este objetivo fracaso y su costo es creciente, ya que con el comienzo de las precampañas este jueves, iniciará la difusión de 59.7 millones de promocionales al amparo de un modelo de comunicación política que cumplirá 10 años de vigencia y de claroscuros: entre la saturación ciudadana de mensajes y la equidad de los partidos de acceso a radio y televisión; entre el abatimiento de los costos de campañas y un esquema que avasalla al ciudadano por las 497 mil 760 horas de transmisiones que programará el Instituto Nacional Electoral –INE-.
Las cifras marcan un crecimiento exponencial en la propaganda: algunos estudios estiman en 700 mil los promocionales comprados por los partidos en 2006, sólo para el periodo de campañas políticas para este proceso –cuando los partidos destinaron entre 70 y 90 por ciento de sus gastos a la compra de espacios–, éstos tendrán ahora acceso a 41 millones de mensajes desde la precampaña, la intercampaña (ambas no reguladas aún en 2006) y la campaña política.
El modelo operará por cuarta ocasión en un proceso electoral federal, lapso en el cual pasó de difundirse 32.1 millones de mensajes en 2009 a 59.1 millones con un alto cumplimiento de la pauta, pero sin modificar las criticas que detrás de si, traen el millonario negocio de la democracia que representaba la compraventa de espacios, ahora prohibida.