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22 de marzo, Día Mundial del Agua Por Alberto De la Torre Gleason Es bien conocido que tanto la superficie del planeta Tierra y el cuerpo humano están constituidos...

22 de marzo, Día Mundial del Agua

Por Alberto De la Torre Gleason

Es bien conocido que tanto la superficie del planeta Tierra y el cuerpo humano están constituidos por 75% de agua, compuesto natural esencial para la vida. Y aunque la cantidad de agua en el planeta en términos generales no ha variado ni variará, su calidad y disponibilidad sí.

Ya hemos hablado en artículos anteriores de este espacio de Biósfera sobre la imposibilidad de mantener los parámetros de consumo en el planeta, con altos costos por la sobreexplotación de los recursos naturales, incluida el agua. También se han tocado temas de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas en nuestra ciudad, estado y país, con consecuencias graves sobre la salud de la población.

Además de los problemas señalados, el acceso al agua potable y segura, que es un derecho humano básico, fundamental y universal, está amenazado en el mundo y en México también por la privatización del recurso, es decir que el agua que es un recurso vital para la vida y que nos pertenece a todos, puede caer, malévolamente, en pocas manos para fines de lucro y dominación; es el caso de la Ley General de Aguas, contraviniendo ese derecho universal ya mencionado.

Cuando menos desde hace 3 décadas se viene hablando de los problemas por la escasez del agua, y es que como estamos hablando que la vida misma depende de ella, lo que imaginemos como consecuencias por escasear el recurso, se queda corto con cualquier película apocalíptica conocida.

En la región del Bajío Guanajuatense la cantidad de agua disponible es cada día menor porque consumimos más agua que la que la naturaleza repone vía lluvias, por eso el agua subterránea que es el única vía de abastecimiento para agua potable en la zona, está disponible a 180 metros de profundidad o más cuando hace apenas 50 años se encontraba a 3 metros, además de que a mayor profundidad, mayores costos para extraerla y contiene más contaminantes naturales como Arsénico y Flúor en cantidades no aptas para el consumo humano.

También la calidad de las aguas superficiales se ha deteriorado alarmantemente por las descargas de residuos de todas las actividades humanas, a tal grado que para consumo humano u otros usos, tiene que ser tratada, en el mejor de los casos, pues contiene contaminantes dañinos.

En Guanajuato se han realizado acciones, pero ante la gravedad del problema, son insuficientes, es necesaria una comprensión más amplia de la situación para poder tomar las medidas urgentes, con la participación informada y organizada de la sociedad civil, para revertir de manera más contundente los daños ocasionados.

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