Por: Observadora exterior.
Buenos días lectores, otra vez corrió sangre y no nada más en la plaza de toros. El Secretario del Ayuntamiento cortó cabezas de policías que se manifestaron aún y cuando no se pudo garantizar lo que no existe como la seguridad, por ejemplo. Y el 50 aniversario de la Procesión del Silencio quedó opacado con tremendo ruido que invadió la salida de las cofradías de San Agustín, todo por querer protagonizar; y la Semana Santa resulto el “agosto” para Fiscalización y Control. Aquí la opinión de la Semana.
Corrió sangre en la “plaza”.
El día de ayer no sólo corrió sangre en plaza de toros, sino también en otros puntos de la ciudad, “plaza” que ha resultado bastante atractiva para quienes se la disputan a pesar de que las autoridades aún se atrevan a seguir negándolo luego de que todos los días se registra por lo menos un “levantón”, una ejecución o un atentado; y claro, ayer no fue la excepción, pues mientras que gran parte del gabinete municipal, incluido desde luego el alcalde entre ellos, disfrutaban de ver correr sangre en la plaza que se montó en la feria salmantina, en otros puntos de Salamanca también corría la sangre por las ejecuciones y no precisamente de toros, sino de ciudadanos. Que si andaban en malos pasos como se cuestiona en todos los delitos de este tipo, vaya usted a saber, eso ya es lo de menos cuando a todas luces la inseguridad no es un tema al que parece que al gobierno local le interese atender, pues se puede decir “misa”, pero del dicho al hecho hay mucho, mucho, mucho, mucho trecho. Y si hasta el mismo coordinador de seguridad trae escolta, pues ¿A qué Santo nos vamos a encomendar?
No se puede garantizar lo que no existe.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver” ahora sí aplica muy bien este dicho popular para quienes sigan creyendo que la incapacidad de los elementos de seguridad sea algo exclusivo o incluso personal-aunque no dudo que haya sus excepciones-, cuando evidentemente los problemas radican en la incompetencia y desfachatez de los que están “hasta arriba” y que ya cortaron las primeras dos cabezas de quienes se atrevieron a alzar la voz-pese a obvias represalias- para que les cumplan las mejoras laborales y salariales que, no por meses, sino por años les han prometido y nada. Y mientras que el alcalde tuvo mucho tiempo para andar a caballo y asistir a la corrida de toros, no pudo hacerse un tiempito para darles la cara a los policías que en su manifestación solicitaban su presencia; al secretario del Ayuntamiento no sólo le valió pasarse por el arco del triunfo el derecho de los elementos a manifestarse, sino que hizo realidad su amenaza “disfrazada” de “darles cuello” por afectar a terceros con su paro, sin embargo, lo que se le olvido al “secre”-que no tiene los pantalones para decir que es una decisión tomada por el municipio e infantilmente se atreve a asegurar que fue renuncia voluntaria-es que no se puede garantizar lo que no existe, y la seguridad es algo que desde hace un rato ya no existe en Salamanca. Pero, a todo esto me pregunto el Consejo de Honor y Justicia ¿Está de adorno?
Salió más caro el caldo que las albóndigas.
Mucha expectativa tenía los salmantinos con la edición número 50 de la Procesión del Silencio, pero vaya sorpresa la que se llevaron los que asistieron, pues ese afán que ha caracterizado a las dos últimas administraciones municipales por el protagonismo casi siempre les ha salido contraproducente y para colmo, ahora se llevaron “entre las patas” el trabajo de meses del patronato de la Procesión, pues resulta que la televisora local-contratada por el municipio para la transmisión en vivo de la Procesión del Silencio, dicen- hizo un tremendo ruido con música y todo cuando las cofradías que integran la Procesión del Silencio ni siquiera habían terminado de salir de San Agustín, al grado que hasta tuvieron que ir a callarlos. De plano esto de preservar las tradiciones como que no es el “fuerte” de la administración actual, pues basta recordar que este año no hubo Carros Bíblicos y para acabarla de amolar echan a perder las que con tanto sacrificio de unos cuantos aún se preservan. ¿Cuánto habrá costado del erario de los salmantinos apocar el 50 aniversario de la Procesión del Silencio con tremendo ruido?
Y por favor, la presidenta del DIF no es la protagonista de la Procesión del Silencio.
Semana Santa, semana de “agosto”.
Y esta Semana Santa quien hizo su agosto, fue la dirección de Fiscalización, no se les fue ni uno, peor que soldados romanos anduvieron vigilando los exteriores de los templos, el bordo del río Lerma a donde manda a los comerciantes de ocasión como para que no vendan, y todo lugar posible en el que pudiera haber vendedores ambulantes o semifijos sin permiso. Sin llamadas de atención directo a lo que iban y cobrar piso hasta al que vendía chicles.
Lo que pasa en la feria se queda en la feria.
Y si pensaba que en el tema de seguridad ya era todo, pues no. Resulta que a los recién graduados de la academia de policía los mandaron a estrenarse a la feria, sí en la que según el municipio no iba a tener injerencia ni siquiera en seguridad, y pues inexpertos y sin estar bien “armados”-lo cual no es novedad-pues no supieron qué hacer en tremenda trifulca que se armó al interior de la feria, claro que el parte policiaco no lo mencionó porque cómo iban a dañar la imagen de la feria cuando recién comenzaba. Y bueno, como ese, hay muchos otros incidentes de los que el parte, pues no da parte.
A todo volumen.
Bueno, la verdad es que no todo se queda en la feria, porque con eso del teatro del pueblo lo que pasa en la feria se escucha muchos metros a la redonda, aunque no hasta la dirección de Medio Ambiente que, o se ha hecho de oídos sordos o tiene la instrucción de hacerse de la vista gorda aún y cuando la contaminación auditiva por los altisisisisimos decibeles afectada a las familias que viven a las cercanías y no tan cercanas a las instalaciones de la feria. En fin, que le vamos hacer, se trata de medio ambiente, algo que no es prioridad para las autoridades de Salamanca. Y como si la de verdad la feria de Salamanca fuera la mejor del estado, parece que todavía se dan el “privilegio” de impedir el acceso al estacionamiento a los visitantes, nomás porque iba hacer ocupado por el alcalde y su comitiva durante la lidia de toros de ayer. No pues si por eso estamos como estamos.
Autocontrol.
Durante la Semana Santa los balnearios son de los centros más concurridos, y lo que debería ser un tiempo y espacio de convivencia familiar no siempre resulta serlo. Lamentablemente una trifulca entre posiblemente miembros de dos familias ocurrió en un centro recreativo ubicado al norte del municipio en el que se presume hubo hasta detonaciones de arma. Lo preocupante es que quienes deben ser el ejemplo a seguir de los más pequeños son los involucrados en estos actos de violencia que a corto o largo plazo genera daños colaterales en los menores de edad que los presencian. El llamado es para los padres de familia, debemos entender que cuando seamos capaces de tener autocontrol no habrá provocación alguna a la cual responder, máxime cuando haya niños a quienes, por el simple hecho de estar presentes, se les pueda afectar. Creo que vale la pena la reflexión ante una sociedad cada vez más violenta ¿Qué seres humanos estamos formando?
