Ayer, miles de católicos se congregaron y marcharon pacíficamente en la capital del calzado para reprobar actos corrompidos en la “Marcha del Perdón y Desagravio”.
Al inicio de la manifestación, algunos fieles se enunciaron en contra de la iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto para reformar la Constitución con el propósito de validar los matrimonios entre personas del mismo sexo, además protestando contra los pecados que marca la iglesia católica, más de 4 mil fieles se reunieron para marchar y levantar la voz en la ciudad de León.
Rechazando las uniones entre personas del mismo sexo, la ola de violencia y el aborto, los católicos se congregaron sin importar edades ni condiciones físicas.
Juntos levantaron la voz mostrando que Dios quiere una sociedad en paz en la que se erradiquen conductas que van en contra de los mandamientos católicos.
Originarios de varias parroquias realizaron un recorrido que inició en el Parque Hidalgo y que llegó hasta el Templo Expiatorio, cantaron alabanzas, realizaron oración y rezaron el emblemático rosario católico.
A su paso, se iban sumando personas que apoyaron la protesta, asimismo algunos criticaron su recorrido, no obstante nada los detuvo para manifestar un mensaje que hermanados exclamaron por las calles de León.
Los católicos descalificaron la violencia sobretodo refiriéndose a la cabeza humana que apareció en el Centro Histórico de León, así como a los constantes robos y asaltos, por lo que exhortaron a los mismos ciudadanos y a las autoridades para que unidos coadyuven y busquen soluciones.
Los creyentes también se manifestaron en contra del aborto mientras expresaban frases como, «No es tu cuerpo, tú no tienes derecho a quitarle la vida», «Dios te ama, tal como eres, pero no ama tu pecado», «Déjalo vivir», entre otras frases.
En el contingente, algunos fieles argumentaron que las autoridades están olvidando cuál debería ser su función, aludiendo que prolifera el comportamiento hedonista, irresponsable, corrupto y soberbio; llamaron a los ricos y poderosos “pobres de corazón” y pidieron el arrepentimiento a todos aquellos que han actuado con maldad, señalando que Dios es misericordioso y todo lo perdona.
Los miles de fieles concluyeron su marcha con en una misa multitudinaria en donde un sacerdote exhortó a la comunidad católica, a otros sacerdotes y a la sociedad en general a buscar la paz, por medio de la oración y a través de la cercanía con Dios, invitó a amar al prójimo y a buscar conductas que sean positivas para toda la sociedad.
