Una convulsión es un cambio súbito en el comportamiento provocado por una excesiva actividad eléctrica en el cerebro. La convulsión se presenta cuando el cuerpo de una persona se sacude de forma rápida e incontrolable. Durante las convulsiones, los músculos de la persona se contraen y se relajan en forma repetitiva.
Según datos de Mayo Clinic, las convulsiones ocasionan desmayos con movimientos espasmódicos o temblor del cuerpo. Sin embargo, algunos ataques consisten en episodios de mirada fija que pueden pasar inadvertidos con facilidad.
Las causas más comunes de una convulsión son epilepsia, lesión o trauma en la cabeza, infecciones, tumor cerebral, accidente cerebrovascular, consumo de drogas, fiebre alta y abstinencia de alcohol.
¿Qué hacer en caso de una convulsión?
1. Protege a la persona para que no se lastime.
2. En caso de vómito hay que colocar de lado a la víctima.
3. No coloques nada entre los dientes de la víctima durante un ataque, como los dedos.
4. No muevas a la víctima, a menos que esté en peligro.
5. No trates de detener la convulsión; la persona no puede controlarse durante un ataque y no se da cuenta de lo que está pasando.
Después del ataque, la mayoría de las víctimas cae en un sueño profundo. No evites que se duerma. Es posible que al despertar se sienta desorientada por cierto tiempo. Permanece con el paciente hasta que llegue ayuda médica profesional. Mientras tanto, es importante evaluar el pulso, ritmo respiratorio, presión sanguínea. Si la convulsión no se detiene llama de inmediato a un médico. ¡Mucha suerte!