- Derechohabientes responsabilizaron a la Delegación de actuar tendenciosamente en contra de los trabajadores
- También se quejaron del mal trato del personal en las subdelegaciones.
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Un conjunto de anomalías desde legales, como institucionales y del personal de la subdelegación del IMSS con sede en Salamanca, se han conjuntado para que al menos 300 trabajadores retirados, que cumplieron con el tiempo laboral, están en riego de perder su derecho a la jubilación por “trampas” de la Institución para negarles la pensión como jubilados del Seguro Social.
Trabajadores afectados, la mayoría de muy avanzada edad, muchos de ellos ayudándose de un bastón para poder caminar, indicaron que en su mayoría tienen de dos a tres años “peleándole al Seguro para que reconozca el tiempo que laboraron y que extrañamente, pero que ya no nos quiere reconocer. Solo nos reconoce del 89 hacia acá”, indicaron.
Reunidos en espera de un abogado que sin cobrarles un peso, solo con el compromiso de pagarle un porcentaje de su liquidación, una vez que logren que el IMSS les otorgue la jubilación, explicaron que son muchísimos los trabajadores que están en riesgo de perder los derechos que cumplieron y que tienen ganados a lo largo de su vida laboral.
“Mi caso es complicado, porque me acaba de resolver el IMSS que perdí mis derechos laborales, porque dejé de cotizar un tiempo y me reconocen nada más del ‘82 para acá, hacia atrás no me reconocen nada, y me dicen que ya perdí el derecho”, señaló uno de los afectados que pidió la reserva de su nombre por temor a represalias, acusando al instituto de utilizar la información a su conveniencia.
“Lupita me dijo, ‘así nomás no, yo se la voy a dar cuando yo quiera, Lupita era la segunda Subdelegada del IMSS, y a ella ya la pensionaron”, indicó el trabajador quien en cambio tiene ya más de seis años realizando el trámite que según el Instituto no procedió, mientras que el abogado que tiene su caso le dice que ya arregló, pero que la institución se niega a otorgarle su pensión.
De igual manera se quejaron del trato déspota de los empleados de ventanilla del IMSS, quienes ya se niegan a recibir documentación, ya que no se concretan a realizar su función.