Cuando vas al supermercado, es posible que realices una lista con las cosas que necesitas, y uno que otro gusto que metes en tu presupuesto. Pero es posible que debas poner otro filtro que cuide no solo tus finanzas, también tu salud.
Como habrás imaginado, abundan en los estantes, y sus estragos para la salud son muchos, por lo que debes reducir su consumo.
La publicación especializada en salud BMJ Journal publicó una clasificación de alimentos (NOVA) que señala aquellos con exceso de procesos para su elaboración. Como habrás imaginado, no es recomendable que los consumas en abundancia.
Éstos fueron divididos en 4 grandes grupos:
Son aquellos con nulo o casi nulo proceso o ingrediente adicional al producto vendido: Fruta, carne, semillas, su mayor “trato” es -si acaso- que están congelados, molidos o secados.
Grupo 2
Son productos adicionados con azúcar, sal o aceites. Incluso la combinación de éstos.
Grupo 3
Son la combinación de los grupos 1 y 2. Incluyen productos como vino, pan y verduras enlatadas. Incluso aditivos si conservan las propiedades de los alimentos.
Grupo 4
Los alimentos ultraprocesados. Los identificas por utilizar cinco o más ingredientes.
Entre sus aditamentos, pueden utilizar saborizantes para imitar productos en su estado natural, o bien, para disfrazar sabores indeseables o desagradables derivados del uso de químicos y procesos durante su preparación.
Generalmente estos productos deben ser consumidos en pocas cantidades, debido a que contienen muchas calorías y/o azúcares.
Sin embargo, respecto a los demás grupos, vale la pena analizar que no necesariamente son “peores”. Una verdura enlatada, no pierde nutrientes, aunque su sabor sí podría cambiar un poco.
Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados ayudará a tu bolsillo, y salud, pues generalmente, al estar respaldados por fuertes campañas de publicidad, suelen ser un poco más caros.