El pueblo trabajador a la hora de decidir el futuro de México
Por: Oscar Alzaga*
La elección presidencial de 2018 puso un alto a los abusos patronales, a la brutal desigualdad socioeconómica, a la corrupción de gobiernos y empresarios y a los actos ilegales de los gobiernos del PAN y PRI.
Pero cambiar el neoliberalismo de 36 años no es nada fácil, cuando menos se necesitan 18 años para arribar a una verdaderademocracia, a la constitucional, que considera a “la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.” No quiere decir reelección,sino rechazar los gobiernos neoliberales, que por naturaleza son antidemocráticos.
Nótese bien, se trata de una auténtica democracia, no de la politiquería y simulación del PAN, PRI y PRD, hoy dirigidos por empresarios, para el bien común exclusivo de ellos. Enarbolan las banderas populares sólo en las elecciones; después, vuelven a medrar a favor del capital, de lo ilegal, el abuso y la corrupción: los pilares del neoliberalismo.
México necesita poner alto al desarrollo desigual y, por tanto, injusto para la economía y la sociedad; del de unos cuantos podridos en riqueza, y las grandes mayorías en la pobreza y extrema pobreza, lo que agudizó la Covid-19.
Porque la desigualdad como base del crecimiento socioeconómico sólo genera irracionalidad, desempleo y empleo precario, bajos salarios, poca formalidad y mucha informalidad, injusticia y violencia, pobreza y delincuencia, que son consecuencias del neoliberalismo.
A México lo construyeron y lo construyen hoy los trabajadores
No fueron los empresarios, menos los extranjeros, ambos especialistas de la explotación irracional de la humanidad y de la naturaleza; no fueron los gobiernos que se definen e inclinan ante el capital; tampoco fueron las autoridades ni los jueces —salvo excepciones—; ni mucho menos los banqueros quienesconstruyeron a México. Fue el trabajo creativo, colectivo, fecundo y productivo, físico e intelectual.
A través de los siglos, la nación y el mundo fueron construidos por las y los trabajadores. No por el exquisito individualismo que pregona la ideología neoliberal. Menos por el racismo supremacista y demás deformaciones de los gobiernos yanqui y europeos.
Las y los trabajadores saben que los grandes derechos logrados fueron producto de su trabajo y sudor; pero más, de susgrandes luchas. No bastó la Revolución de 1910 y la Constitución de 1917 para que se cumplieran las leyes, en los hechos los patrones se opusieron a cumplir la jornada de 8 horas y el salario mínimo, los obreros acudieron a la huelga general de Monterrey,en 1918, para que se cumplieran. Los mejores contratos colectivos de la historia se lograron por las grandes huelgas cardenistas de 1935 a 1938.
Las luchas obreras, campesinas, jornaleras, cooperativistas, magisteriales y populares precedieron las grandes obras cardenistas —la reforma agraria, la expropiación petrolera, la reforma educativa, las cooperativas, etc.— no al revés. La libertad y democracia sindical han costado vidas y enormes luchas épicas, como las mineras, ferroviarias, magisteriales, petroleras, etc.
Pero el mundo sufrió la derechización neoliberal desde los años 80 y 90 del siglo pasado, nuestros sumisos e imitadores gobiernos del PRI y el PAN no vieron otra alternativa que seguir. Pero el desgaste creciente y la traición del PRI a sus orígenes, lo llevaron a posturas patronales degradantes y abiertamente en contra del México de la Revolución, la Constitución y de la obra cardenista. El PRI tuvo que acudir al PAN y a Estados Unidos para imponer el fraude de 1988 y los siguientes. Así, unidos por el fraude y el neoliberalismo degradaron a la nación.
Pero el PRI en su traición y caída arrastró a la CTM, CROC, FSTSE, STPRM, SUTERM, CNOP, CNC, etc. Llagaron al extremo de hacer, en 2017, el proyecto de “la peor reforma laboral de la historia”, tan mala que ni el PAN la suscribió, solo el PRI, CTM y CROC. Hoy, el PRI y PRD ya son más patronales que lo que alguna vez fueron o quisieron ser. El PAN en 1939 nació de la patronal de Monterrey, igual que los sindicatos blancos y la Coparmex.
Hoy, juntos, patrones, PAN, PRI y PRD, llaman a seguir la ruta neoliberal y a votar por ellos; pero no se atreven a llamar las cosas por su nombre; han hecho de la mentira y la simulación su gran obra política. Están en contra del pueblo trabajador, las mayorías y de la democracia auténtica y popular. La alianza del PRI, PAN y PRD es hija del neoliberalismo de 2012, la llamaron el “Pacto por México”, en verdad, contra el México de la Revolución, la Constitución y lo mejor de la historia.
En los próximos tres años se decidirá el porvenir de la nación y del pueblo trabajador, por la mayoría ciudadana; es importante tener claro cuáles son las alternativas y no dejarnos engañar, no todo lo que relumbra es oro. El futuro son las y los trabajadores organizados que luchan por el cambio, por lograr una nación democrática y libre.
*Abogado, miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas.