
Aunque la rehabilitación de la Avenida Faja de Oro fue concluida el pasado 10 de enero y representó una inversión de 1 millón 855 mil 283 pesos, las inundaciones continúan afectando el tramo entre las calles Ébano y Obregón.
Lejos de aliviar el tránsito y mejorar la calidad de la vialidad, las lluvias siguen generando encharcamientos que provocan daños a vehículos y molestias a los ciudadanos.
La obra, que había sido anunciada como una solución, ha despertado la crítica de los salmantinos, quienes consideran que se trató de una intervención mal ejecutada, haciendo la comparación con colocar un curita, pero no solucionar el problema de fondo solo por como coloquialmente se dice «Taparle el ojo al macho».
El desgaste de los trabajos, apenas a unos meses de haber sido finalizados, pone en duda la eficacia del proyecto y del uso de recursos públicos. Las imágenes compartidas en redes sociales por los propios conductores muestran que los problemas estructurales persisten.