¿Fiestas de primavera? ¿Líderes de opinión protestan porque perdieron sus beneficios?  

En 15 días, se llevará a cabo la “Fiesta de Primavera”, el nuevo recinto será en el Centro, por ello se ha convertido en un tema muy polémico y hay mucho qué opinar y analizar; definitivamente hay cosas muy malas pero también podría haber beneficios.

Se ha sabido que la economía de los comerciantes en el municipio está en declive, hay negocios que ya no vieron salida debido a los conflictos de inseguridad, es cierto que tenemos miedo y estamos considerando salir únicamente lo necesario por lo que definitivamente Salamanca precisa cambiar de dirección, los servidores públicos solamente saben debatir, discutir pero no solucionar, los líderes de opinión manifiestan su desacuerdo por las Fiestas de Primavera pero ¿será porque realmente se encuentran preocupados por los salmantinos o porque son de oposición y no se les está dejando hacer lo que les favorece?

Salamanca lleva ya casi 4 años lleno de sangre, los gobiernos panistas se encargaron de heredar el violento estado en que se encuentra nuestra localidad y recientemente, líderes de opinión se manifiestan por los acontecimientos que llevan años en la ciudad pero ¿por qué estos líderes no manifestaron su inconformidad antes? Javier Sarabia, Antonio Lanuza, Rubén Vázquez de la Rosa, Roberto Calvillo, Francisco González Mijes, Eduardo Jiménez Bárcenas y Antonio Peña Medrano, quienes se mostraron muy cercanos a la administración de  Antonio Arredondo durante su trienio, ahora están exigiendo lo que no reclamaron antes, estos señores,  dicen estar preocupados por la sociedad salmantina pero en realidad sabemos que hay otros intereses de por medio, yo les cuestionaría ¿ya no están alcanzando beneficios? o ¿Por qué su afán de generar contrariedad? Es indiscutible que sus favores  y asistencias ya desaparecieron cuando sucumbió también el gobierno panista que nos dejó en esta alicaída situación, entonces, ahora pretenden hacer conflicto  entre la sociedad declarando que la culpa es de un lado cuando todos sabemos que estamos así ya de antaño y que la culpa la han tenido los tres niveles de gobierno;  en este contexto, yo invito a los líderes de opinión y empresarios que mencioné, a que se sumen al beneficio de todos y no por ser opositores se empeñen en echar abajo los intereses de otros.

Ahora, pasemos a lo que más nos incumbe ¿Que se haga la fiesta? La mejor opinión siempre la tiene usted, sin embargo, pensando en que buscamos encontrar otra forma de vida lejos de la violencia que permanece en nuestro Salamanca, yo creo que la Fiesta de la Primavera es una opción para dejar atrás el panorama que estamos viviendo, al mismo tiempo podría socorrer enormemente a decenas de familias salmantinas, el comercio local requiere crecer y esta celebración podría reactivar economía de muchas personas; solamente tenemos que exigir a los funcionarios municipales que diseñen la estrategia adecuada para estar seguros.

Las fiestas del pueblo, siempre han sido una tradición en nuestro Estado, son parte de la cultura de nuestro país y quienes gustan de las costumbres de antaño, bien podrían disfrutar este acontecimiento; los niños son los más felices con estas celebraciones y se notó en el desfile de la primavera que se llevó a cabo el sábado;  y a pesar de todo, ellos requieren encontrarse con escenarios que les muestren su identidad;  y es que podemos estar a favor o en contra, eso es completamente respetable, sin embargo, busquemos las cosas positivas dentro del entorno hostil en que habitamos, dejemos atrás las riñas y entre nosotros escudriñemos el mejor camino para tener una sociedad pacífica.

Que cada quien opine libremente, en su momento decidirán si acudir a la Fiesta de Primavera es una opción pertinente, será respetable cada decisión y punto de vista, asimismo, ojalá que la administración de Beatriz Hernández Cruz, tenga estrategias óptimas, plausibles y que en estos días nos demuestren que tienen bien diseñado el programa de seguridad para tal celebración, no puede existir la improvisación, vamos a dar el beneficio de la duda.