ETERNA JORNADA.

Halo de luz

Por: Altagracia Mosqueda Liceaga

A siete meses que inició la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el panorama para los trabajadores de la educación vislumbra un tenue halo de luz.

El presidente fue testigo de la gran batalla que se libró en la administración anterior en contra de la llamada Reforma Educativa; de cómo el magisterio nacional fue vituperado haciéndolo responsable de un sistema educativo lleno de corrupción y carente de nacionalismo; cientos de docentes fueron despojados de su fuente de trabajo por negarse a realizar un ilegal examen; los docentes y padres de familia  en su justa lucha por la defensa de la educación púbica fueron desaparecidos, encarcelados, asesinados; miles de docentes fueron etiquetados como no idóneos y por consecuencia millones de alumnos quedaron un tiempo sin maestro para ser atendidos; y cómo ante la cerrazón de las autoridades educativas y gubernamentales para entablar diálogo, con la complicidad y ante la pasividad del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE ), las calles de la Ciudad de México y de estados como Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guerrero se llenaron de docentes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación  (CNTE), exponiendo la injusticia y exigiendo derechos.

Ahora ante la apertura del presidente a escuchar todas las voces, los maestros de la CNTE han concretado varias reuniones con él, exponiendo las desavenencias de la Reforma Educativa y de la “reforma” a la Reforma Educativa.

Entre los grandes derechos redimidos está la reinstalación total, con todas sus percepciones y prestaciones, de los docentes que fueron cesados por negarse a presentar dicho examen, iniciándose el proceso el 17 de junio; la libertad a los docentes encarcelados por participar en las manifestaciones y la promesa de resarcir el daño a los docentes que resultaron afectados por la represión del gobierno peñista.

Es un gran avance en la recuperación de los derechos laborales, un avance que ha costado mucho no solo a los docentes afectados, el costo social ha sido enorme, la recuperación de la importancia de la labor del maestro tardará en resarcirse, no cualquiera puede ser maestro como lo aseguraba Aurelio Nuño; para ser maestro se necesita corazón y coraje, se necesita valor y nacionalismo, se necesita empatía y sensibilidad ante las carencias del prójimo, ante la injusticia observada, vivida, se necesita humildad y humanidad para reconocer que somos trabajadores al servicio de la sociedad, de los niños en especial y de la comunidad en general; que somos y debemos ser organizadores de la sociedad, generando compromisos de bienestar común y no de competencia individual y desleal.

La labor de un docente siempre va más allá del trabajo en el aula, de la norma institucional. Es una labor que impacta el desarrollo y formación emocional de la sociedad; ¿quién no tiene buenos y malos recuerdos de sus maestros?, ¿quién no tiene la imagen de un maestro(a) que le haya marcado su vida ya sea de manera positiva o negativa? La labor del docente es fundamental en cualquier sociedad, como lo dijera Henry Adams: “El maestro deja una huella para la eternidad, nunca se puede decir cuándo se detiene su influencia”.

Aún falta mucho por recuperar y ya han surgido los oportunistas, esos que aplaudieron la Reforma de Peña Nieto, esos que amenazaron y hostigaron a los docentes para que presentaran el examen de permanencia; esos que violan los derechos laborales de sus agremiados para ser beneficiados, algunos con migajas otros con grandes premios; esos que se encargaron de lastimar la imagen social del maestro; esos que se arrodillan ante el amo con tal de no perder la sobada de lomo; esos representantes del SNTE que sin ética alguna se alzan como defensores de la educación y de los derechos laborales de los trabajadores, cuando lo que  han demostrado es un servilismo total con quien convenga para mantener sus privilegios.

A esos lobos con piel de oveja institucionalizada, y permitida, va mi repudio. Estamos enfrentando grandes cambios políticos y administrativos, el cambio de SNTE por un verdadero sindicato dedicado a sus agremiados será otra de las esperanzas que tal vez no veamos en esta administración, pero que si dejará una semilla plantada para ser germinada.

Que así sea.