Una infección vaginal o vaginosis bacteriana ocurre cuando microorganismos (bacterias, hongos o parásitos) que no forman parte habitual de la flora vaginal ingresan, lo que provoca un desequilibrio entre las bacterias “buenas” y las “dañinas”.

Entre los síntomas de esta afección se encuentran ardor, comezón, inflamación, dolor, flujo abundante o mal olor.

Existen algunos factores que pueden intervenir en la presencia de infecciones vaginales tales como el uso de ropa muy ajustada, el calor, humedad constante, uso de duchas vaginales, uso de antibióticos, embarazo y/o diabetes.

Cuando se presenta infección vaginal durante el embarazo existe una mayor probabilidad de que un bebé nazca prematuramente o con bajo peso al nacer.

Entre las medidas preventivas para este tipo de infecciones se encuentran:

• Lavar el área vaginal con agua y jabón neutro.
• Evitar el uso de ropa demasiado ajustadas y sintéticas (lycra o nylon), debido a que favorecen la humedad.
• No utilizar duchas vaginales, aerosoles o toallitas higiénicas perfumadas.

Es muy importante que si se presentan síntomas de vaginosis bacteriana se consulte al médico con el fin de recibir tratamiento oportuno.