Por: Manuel De la Torre Rivera *
En un artículo anterior de Biósfera, titulado: “La Educación Ambiental en el municipio de Salamanca – Parte 4: La participación de los medios de comunicación” [1], referimos la opinión especializada de la Dra. María Dolores San Millán Verge, investigadora de la Universidad del País Vasco, en su ponencia Los medios de comunicación y la educación ambiental, donde propone la idea de que la educación ambiental puede ser el “instrumento adecuado para informar, sensibilizar y formar a la sociedad sobre la situación ambiental de su entorno, las medidas adecuadas para protegerlo y mejorarlo, así como sobre el derecho del ciudadano a un ambiente adecuado y su obligación de mantenerlo”.
Desde su aparición en la década de los sesenta del siglo pasado, la educación ambiental se orientó a la formación profesional de personas con conocimientos, valores y habilidades que les permitieran interactuar responsablemente con el medio ambiente, lo cual ocasionó que los problemas ambientales se abordarán de manera interdisciplinaria y transversal, en el ámbito de las universidades.
Dentro del trabajo de los profesionistas e investigadores del medio ambiente está el recalcar lo necesario que es masificar el acceso a la información y a la educación ambiental, y hacer saber a empresas y gobiernos que, si realmente quieren fomentar una cultura ambiental, a gran escala y a corto plazo, se tendrían que utilizar de manera continua y planificada los medios masivos de comunicación por su gran influencia en el grueso de la sociedad.
Periodistas y especialistas de la comunicación encargados de trabajar con el tema del medio ambiente deben ejecutar una comunicación educativa, por medio de materiales escritos y visuales como documentales, spots, videos, artículos y programas, además de mostrar las problemáticas que vive el medio ambiente, por lo tanto, ellos mismos deben tener una sólida formación en la temáticas que manejan para motivar y generar conciencia y llevar a cabo cambios personales, colectivos y estructurales que beneficien a la comunidad y a la vida en el planeta.
Aquí es importante señalar que el perfil ideal del comunicólogo, además del compromiso con la verdad y su responsabilidad con la sociedad, debe ser realizar un trabajo libre, de un comunicador libre. Esta libertad, desde luego, no es cualidad propia de la comunicación, sino de quien comunica. Cuando se falla en ésta pretensión, además de generar un problema ético, propicia la distorsión de la información, con consecuencias de muy diverso orden para la comunidad.
Terminamos esta reflexión escuchando la opinión de un periodista:
“En conclusión, podríamos decir que la subjetividad en el periodismo se trata de los criterios intuitivos del periodista, que están condicionados por factores subjetivos pero inevitables: educación, ideología, experiencia profesional, formación cultural, etc. Es importante recordar que lo importante es la ética del periodista, que supone que cuando valore las noticias lo haga con absoluta honradez, convencido de que elige lo que de verdad es más importante para hacerlo llegar a los lectores. De lo contrario se produciría lo que conocemos como manipulación o adulteración informativa”.
Los 7 principios del buen comunicador
Dejamos para un número posterior reflexionar sobre la relación directa de los medios con los grupos económicos y políticos de poder.
La participación ciudadana siempre será necesaria, inclusive imprescindible, pero ésta debe ser debidamente informada, atendiendo su educación y cultura ambiental mediante un sistema democrático que evite su manipulación.
Salamanca, Gto. 18 de septiembre del 2022.
[1] Consulta en Línea: https://salmantino.mx/2022-biosfera-la-educacion-ambiental-en-el-municipio-de-salamanca-2/
* Miembro del Patronato para el Monitoreo de la Calidad del Aire de Salamanca A.C., del Observatorio Ambiental Ciudadano Biósfera y del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía.