Con la construcción de ciclovías hay un «beneficiario» indirecto: las motos.
Estos sectores son constantemente invadidos por usuarios de las motos, quienes ven en estas rutas una manera de librar el tráfico.
También es común ver a los vehículos estacionados utilizando estas vías y poniendo en riesgo a los ciclistas que transitan sobre la senda.
En varias ocasiones, los ciclistas y peatones que iban sobre el sendero tuvieron que hacerse a un lado para no ser arrollados o chocar con el motociclista, quien únicamente disminuyó su velocidad.
Otros obstáculos son, principalmente, los vehículos que la usan como estacionamiento mientras acuden «de rápido» a hacer una compra.
La invasión de ciclo vías es más común cuando éstas no tienen divisiones, tal es el caso de los tramos que hay en la zona centro, donde el carril ciclista está a nivel de calle y se diferencia, exclusivamente, por estar pintado de otro color.
Las vías ciclistas también son invadidas por camiones repartidores que permanecen en el lugar hasta que terminan de descargar su mercancía.