Bacterias, hongos, virus o residuos de pesticidas son algunos ejemplos que pueden dañar nuestra salud por un inadecuado manejo de lo que comemos.
Se requiere buenas prácticas de higiene para reducir la aparición y propagación de las enfermedades.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la inocuidad de los alimentos es la ausencia de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de los consumidores, o dotarlos de niveles seguros y aceptables. Bacterias, virus, hongos o residuos de pesticidas son ejemplos de estos peligros que pueden ser transmitidos mediante lo que comemos.
La inocuidad de los alimentos está íntimamente ligada a la seguridad alimentaria y está inmersa en cada proceso de la cadena alimentaria, desde la producción, cosecha, procesamiento, almacenamiento, distribución, hasta la preparación y el consumo.
Su inadecuado manejo provoca que cerca de 420 mil personas en el mundo enfermen y más de 600 millones de personas vulnerables y marginadas sean afectadas mayormente, especialmente mujeres y niños.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que el tema de los alimentos sanos y de calidad está íntimamente ligado con la protección del entorno. Precisamente, uno de los programas que impulsa es la agroecología como una alternativa para proteger la salud humana y la naturaleza, transformar la agricultura campesina y la moderna industria agrícola en una actividad con fundamentos ecológicos, ante el impacto de los sistemas agroindustriales, basados en la especialización productiva, el monocultivo y el uso de agroquímicos y pesticidas.
Este tema surge con la intención de tener buenas prácticas de higiene tanto en los sectores alimentario como agrícola para reducir la aparición y propagación de las enfermedades.
La FAO explica algunos procedimientos que gobiernos, organizaciones internacionales, científicos, sector privado y sociedad civil pueden desarrollar, desde cumplir con las normas alimentarias, establecer regulación y control, proporcionar acceso al agua potable, aplicar buenas prácticas agrícolas, fomentar el uso de sistemas de gestión de la inocuidad alimentaria por parte de los operadores de las empresas alimentarias, así como educar al consumidor.
Para contribuir con nuestras actividades diarias desde los hogares, la Organización Mundial de la Salud ofrece cinco claves para librarse de los microorganismos patógenos en el hogar:
- Mantener la limpieza en el hogar.
- Lavarse las manos antes de preparar la comida y a menudo durante la preparación
- Lavarse las manos después de ir al baño
- Lavar y desinfectar todas las superficies y equipos usados en su preparación
- Proteger los alimentos y las áreas de cocina de insectos, mascotas y otros animales
- Separar los alimentos crudos de los cocinados para que no se contaminen entre sí.
- Conservarlos en recipientes separados
- Usar equipos y utensilios diferentes, como cuchillos o tablas de cortar para manipular carne, pollo y pescado crudos
- Cocinar completamente.
- Especialmente carne, pollo, huevos y pescado
- Hervir especialmente carnes rojas y pollos para asegurarse que alcanzaron 70°C para que los jugos sean claros y no rosados. Se recomienda el uso de termómetro
- Recalentar completamente la comida cocinada
- Mantener los alimentos a temperaturas seguras a calor o frío para que las bacterias no proliferen.
- No dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente más de 2 horas
- Refrigerarlos lo más pronto posible, bajo los 5°C, de preferencia, y no los descongele a temperatura ambiente
- No guardar comida mucho tiempo. Los alimentos infantiles listos para comer no deben ser guardados
- Usar agua y materias primas seguras.
- Usar agua tratada para que sea segura
- Seleccionar alimentos sanos y frescos
- Para su inocuidad, elegir alimentos ya procesados tales como leche pasteurizada
- Lavar las frutas y las hortalizas, especialmente si se comen crudas
- No utilizar alimentos después de la fecha de vencimiento