El camino o la subida a San Miguel, que lleva directamente a los turistas al monumento al Pípila, con el paso del tiempo se ha convertido en un tiradero de basura clandestino, además de que algunos lo toman como un baño público.
El mirador, según comentan los reportantes, amanece diariamente lleno de heces fecales, orina y basura, lo que ocasiona aromas realmente insoportables e incómodos para los turistas y residentes que pasan diariamente por este camino.
La problemática la atribuyen principalmente al consumo excesivo de alcohol, pues aseguran que en la zona hay muchos comercios que venden alcohol y debido al estado de inconciencia que genera su ingesta, es que llevan a cabo este tipo de actividades que afectan considerablemente la imagen de la ciudad.
Los ciudadanos externaron su preocupación debido a que este extenso camino es uno de los mas utilizados por los turistas y estudiantes para poder llegar al Pípila, sin embargo, son los vecinos quienes han reportado a los mismos visitantes de ser los responsables de que las condiciones del mirados, así como del camino en general se vean mermadas.
Fotografía: Josué Castillo.