Cualquiera de nosotros puede llegar a padecerlos. Por eso es importante conocer las causas, medidas de prevención y tratamientos disponibles.
Cómo se forman los cálculos renales
Diversas sustancias circulan todo el tiempo por el cuerpo, y el excedente es eliminado por los riñones. Pero cuando los minerales y otras sustancias se acumulan en los riñones, pueden formarse cálculos.
El cálculo renal típico es una mezcla de calcio y un ácido orgánico llamado oxalato. El segundo tipo más común de cálculo se forma a partir de ácido úrico, el culpable de la gota (no es casualidad que los pacientes gotosos tiendan a padecer cálculos).
Normalmente, un cálculo se hace sentir sólo cuando sale del riñón. Si se queda alojado en el uréter (túbulo a través del cual la orina pasa del riñón a la vejiga) y bloquea el flujo de orina, el dolor puede ser sumamente intenso (lo que lo provoca son los intentos infructuosos del organismo por eliminar la obstrucción).
Los análisis de sangre y de orina pueden mostrar si por el cuerpo circulan, en niveles más altos de lo normal, sustancias capaces de formar cálculos.
¿Qué los causa?
La deshidratación es un importante factor de riesgo. “Si una persona no bebe líquidos suficientes, corre más riesgo de desarrollar cálculos renales”, dice el doctor Knoll. Sin embargo, la alta incidencia de cálculos impide atribuirlos en todos los casos a la baja ingesta de líquidos. Habría que culpar más bien a nuestros excesos.
Conforme aumentan nuestros problemas de sobrepeso, nos volvemos más propensos a padecer cálculos renales. Y no es sólo cuánto comemos, sino qué comemos.
“Una dieta rica en carne, sobre todo si es roja, eleva el riesgo de formación de cálculos”, dice Hendrik Heers, urólogo de los Hospitales de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. “El riesgo de formación de cálculos renales de las personas vegetarianas es mucho más bajo que el de la gente que come carne”.
Te compartimos este video sobre las causas y el tratamiento: