La elevada mortalidad asociada al cáncer, su diagnóstico tardío y lo “duro” que pueden resultar algunos de los tratamientos ha conducido a que médicos opten por alternativas más naturales: los alimentos probióticos.

Más allá del “discurso” que se nos repite día y noche, una alimentación equilibrada es clave para salvar la vida.

Al ingerir alimentos inadecuados se produce una inflamación intestinal, situación que lleva al sistema inmunológico a desplegar toda su fuerza pero que a su vez debilita la protección en otras áreas del cuerpo”, explica el doctor Francisco Arrieta, de la Universidad de Nutrición y Dietética del Hospital madrileño Ramón y Cajal.

Probióticos contra el cáncer…

Además de mejorar y fortalecer la flora intestinal (bacterias), poseen vitaminas que ayudan a la formación de antioxidantes. Éstos combaten el desarrollo de células que dan lugar a tumore”, describe un estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Los más efectivos en la lucha contra el cáncer son:

Yogur (contiene lactobacilos y bacterias bífidas)
Miso (alimento fermentado que contiene probióticos, antioxidantes y vitaminas B)
Chucrut (leuconostocos y pediococcus)
Quesos blandos (fortalecen el sistema inmune a través de nutrir la flora intestinal)
Kéfir (lactobacilos y acidofilus)

Al hablar de probióticos se debe mantener en mente que se trata de alimentos con microorganismos vivos cuya ingesta regular, disminuye la inflamación, riesgo de infecciones y estreñimiento.

Otros estudios han encontrado que los probióticos pueden evitar el crecimiento de otros tipos de cáncer, esto porque favorecen el crecimiento de bacterias del tipo Prevotella y Oscillibacter,

Ahora que conoces los efectos positivos de los probióticos en la lucha contra el cáncer, hazlos parte de tu vida.