El amor, afecto y respeto son fundamentales para mantener una relación de pareja saludable, sin embargo, su ausencia o incluso la mala canalización de las emociones puede desarrollar codependencia, odio y violencia.
Esta situación no sólo llega a ser frecuente en parejas adultas, pues en la actualidad ha alcanzado las relaciones de jóvenes y adolescentes, señaló en entrevista el psicólogo Alberto Bárcenas.
«Una relación tiene que llevar amor, cariño, afecto, cosas que los dos puedan disfrutar, pero cuando llegan los malos tratos, amenazas e incluso la violencia física, emocional o económica, ya no es sano y esto lo vemos también con los jóvenes”, expresó.
El especialista del Hospital de las Emociones que se ubica en la delegación Venustiano Carranza de la Ciudad de México, consideró que este tipo de conductas se atribuyen a la falta de experiencia en las relaciones y por el ejemplo que se recibe del hogar.
«A veces les pregunto ¿qué es el amor? y contestan ‘pues querer a alguien, darle regalos y comprarle chocolates’. Por otro lado, si no tenemos una educación o un estilo de crianza saludable seguramente habrá relaciones dependientes, destructivas o tóxicas”.
El experto con maestría en Terapia de Grupo enumeró situaciones que podrían advertir a los jóvenes que se encuentran en una relación tóxica como el ya no sentirse cómodo con la otra persona; dejar de hacer actividades cotidianas; bajar el redimiendo escolar o laboral; o alejarse de la familia.
«Si todo esto pasa y/o además la persona ya no se siente satisfecha, sufre amenazas, insultos, violencia o deja atrás sus metas personales por perseguir las de su pareja, pues son características que nos deben alertar de que ya no es una relación sana”, dijo.
Al recordar que el Hospital de las Emociones recibe a cualquier joven o adolescente, Alberto Bárcenas recomendó a los jóvenes externar este tipo de situaciones con personas de confianza y después a contactar a expertos en salud mental para recibir terapias.
«El compromiso no es tratar de mantener junta a la pareja, sino más bien mejorar la expresión emocional hasta el cambio de hábitos de cada uno. No estamos diciendo que la persona esté mal, simplemente que algo en las emociones no ha madurado y no ha permitido lograr una relación más cordial, pero lo podemos mejorar”, finalizó.