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PESTILENCIA EN CALLE CIEN CIUDADES: LAVAN CUEROS Y AVIENTAN DESPERDICIOS EN LA VIALIDAD

Una vecina de la calle Cien Ciudades solicita a los productores de chicharrón no arrojar grasa, sangre ni ningún tipo de líquido proveniente del puerco a la calle. De...

Una vecina de la calle Cien Ciudades solicita a los productores de chicharrón no arrojar grasa, sangre ni ningún tipo de líquido proveniente del puerco a la calle.

De acuerdo con los vecinos, estos supuestos comerciantes arrojan los desperdicios sobrantes a la vialidad sin consideración alguna, lo que genera un fuerte olor desagradable, descrito por algunos como «leche agria».

«Estas personas lavan cueros de puerco para chicharrón y no tienen drenaje, por lo que avientan todos los desechos a la calle. Huele muy feo, es una pestilencia. Es acá por El Rosario rumbo a La Luz, en la calle Cien Ciudades, al lado de una tortillería», comentó vecina de la zona.

Según los habitantes de la calle, es necesario aprender a manejar correctamente los residuos para evitar contaminar y afectar la salud pública. El director de Medio Ambiente de Salamanca indicó que la manera correcta y segura de separar y resguardar la grasa animal es: dejar enfriar el aceite antes de separarlo, filtrar a través de una coladera o trapo limpio para retirar restos de alimentos, usar un embudo para trasvasar el aceite a su contenedor, llenar hasta el 95% de su capacidad, cerrar herméticamente y rotular con la leyenda correspondiente. Esto aplica también para la grasa animal, que no debe verterse directamente en el alcantarillado público. Las instalaciones particulares que se dedican a estos negocios deben contar con trampas de grasa en su sistema de drenaje antes de descargar a la red pública, ya que el aceite y las grasas se consideran residuos de manejo especial, regulados por la SMAOT. Sin embargo, su descarga en el drenaje debe ser supervisada por el CMAPAS y cumplir con la NOM-002-SEMARNAT-1.

De acuerdo con las autoridades ambientales y del CMAPAS, los negocios de este giro requieren trampas de grasa y aceite, que vienen en diversas dimensiones y capacidades, como 20, 30 y 50 kilogramos, o incluso más grandes, como las usadas en talleres mecánicos y gasolineras.

Los afectados por estos fuertes olores hacen un llamado a la Jurisdicción Sanitaria V para que tome cartas en el asunto y realice una revisión sanitaria, ya que este problema podría causar enfermedades, especialmente en niños y adultos mayores.

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