* Medidas higiénico dietéticas permiten disminución de casos de este padecimiento
La bacteria que produce la tifoidea se llama Salmonella tifhy, contamina principalmente a los alimentos lácteos (leche, queso, crema, mantequilla), a los mariscos que crecen en lugares cercanos a puntos de eliminación de aguas residuales y las verduras que son regadas con aguas contaminadas.
El contagio directo entre el enfermo y las personas de su entorno es posible, pero no frecuente. Los insectos también actúan como transmisores, el doctor Juan Carlos González Tarelo, coordinador epidemiológico, del IMSS en Guanajuato.
Las medidas higiénico dietéticas, cada vez más generalizadas entre nuestra población han permitido la disminución del número de casos de este padecimiento.
La fiebre tifoidea puede afectar intestino, riñones e hígado, y ocasionalmente el torrente sanguíneo y el tejido linfático que sirve como generador de células de defensa del organismo. La bacteria tiene su ciclo de vida en la vesícula biliar donde se reproduce para luego ser eliminada con la bilis a través de conducto hepático.
Indicó que lavar bien los alimentos, preservarlos en buen estado, no consumirlos si pueden estar contaminados o si se tiene duda de su procedencia, como los que se expenden en puestos callejeros, así como abstenerse de beber agua no purificada, son sencillas medidas para evitar el contagio de fiebre tifoidea, infección aguda de origen bacteriano que se incrementa durante la primavera y el verano. También hay que lavar bien los utensilios de cocina y las manos, antes de comer y después de ir al baño.
El periodo de incubación o prodrómico puede ser de siete a catorce días y prolongarse hasta treinta días, tiempo en que se manifiestan los síntomas: malestar general, debilidad, pérdida de apetito, dolor intenso de cabeza (cefalea), diarrea, vómito. En algunos pacientes constipación, sudoración, tos y hepato-esplenomegalia (crecimiento de los órganos).
Estos síntomas se mantienen durante cinco días en promedio hasta que se inicia el periodo febril con temperaturas de cuarenta grados centígrados (con predominio vespertino y se puede prolongar hasta la noche). Hay anorexia o falta de apetito, dolor muscular o mialgias, malestar general y deterioro del nivel de conciencia de la persona (estupor) y aparecen lesiones rojas en la piel.
De complicarse la hemorragia gastrointestinal, puede llegar a la perforación del intestino o hacer crónica la infección, dando lugar al estado de portador. Se requiere de atención hospitalaria por todo el malestar general o por la afectación del paciente.
Para su tratamiento, concluyó, por lo general se prescriben líquidos intravenosos y electrolitos (sales de potasio, magnesio, sodio, calcio, proteínas, fosfatos) y, para matar la bacteria, antibióticos que deben ser elegidos cuidadosamente debido al aumento de las tasas de resistencia a éstos en todo el mundo.