
Regalar animales de compañía a los niños en Navidad puede ser una buena idea si los padres están dispuestos a enseñar a sus hijos la responsabilidad que implica tenerlos en casa, y los cuidados que requieren, afirmó Alberto Tejeda Perea, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
No deben ser adoptados sólo por insistencia de los pequeños, sino tomar en consideración que son seres vivos y representan un compromiso que toda la familia debe asumir; por ello, una condición es que a los adultos les agraden, porque los hijos aprenden con el ejemplo.
El universitario indicó que los perros y gatos son las primeras opciones en la lista de preferencias, aunque hay quienes optan por hámsteres, conejos, peces, pájaros, tortugas o pollitos, por considerar que es más fácil su manejo; no obstante, resultan más complicados porque requieren dieta y condiciones ambientales específicas.
Se debe tomar en cuenta que para los niños tener animalitos es una novedad que trae alegría, pero al descubrir que deben ser atendidos y alimentarlos todos los días pierden la disposición; además, muchas veces no tienen edad suficiente para esa responsabilidad.
Por ello, Tejeda Perea recalcó que no es recomendable obsequiarlos a los muy pequeños, porque muchas veces piensan que son desechables, un juguete que usan un rato.
Si eso ocurre, lo más probable es que los abandonen o los dejen morir. En el mejor de los casos, los perros y gatos que aún son cachorros son dados en adopción, el problema es cuando ya están grandes y afiliados a una familia, “el abandono provoca en ellos, sobre todo en los cánidos, problemas de conducta debido al estrés por separación”, expuso el etólogo.