La obesidad es una enfermedad prevenible y tratable para evitar padecimientos como diabetes, hipertensión e hígado graso.
Es recomendable evitar los productos procesados, altos en azucares y grasas, realizar 30 minutos de actividad física al día y dormir por lo menos 7 horas diarias.
La obesidad es una enfermedad prevenible y tratable, su atención comienza con el control del peso, la revisión del estado general de salud en el módulo de PrevenIMSS, la atención en el área de Nutrición y el seguimiento preciso de recomendaciones sobre alimentación y actividad física, señaló la doctora Julia del Carmen Rodríguez García, Jefe de Área de Nutrición y Salud en Primer Nivel, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Subrayó que también es fundamental no consumir productos procesados, altos en azucares y grasas, realizar 30 minutos de actividad física al día, dormir por lo menos 7 horas diarias, y acudir a revisiones médicas preventivas para conocer el estado nutricional.
La doctora del IMSS explicó que la obesidad es el resultado de consumir más calorías de las que se gastan y que se convierten en tejido graso activo que produce toxinas, ocasionando inflamación crónica en distintos órganos, dando lugar a alteraciones y trastornos en el funcionamiento de nuestro organismo.
Subrayó que esta acumulación excesiva de tejido graso, con relación al peso total de una persona, generalmente se sitúa más en el abdomen, caderas, muslos o brazos, y no es sólo una condición o característica, es un padecimiento crónico, prevenible y controlable.
Añadió que esta enfermedad no aparece de un día para otro, sino que lleva un proceso de tiempo que inicia con el sobrepeso, por lo que las revisiones periódicas en la Unidad de Medicina Familiar contribuyen a la prevención al detectar cuando los límites de peso se han rebasado.
Explicó que hay una fórmula rápida para hacer el cálculo y que tiene que ver con la relación entre el peso y la talla, “si nosotros dividimos nuestro peso entre la estatura al cuadrado, vamos a obtener un resultado que le llamamos Índice de Masa Corporal (IMC)” y de acuerdo a eso se va clasificando el estado de nutrición.
Añadió que el IMC mayor a 25 nos indica sobrepeso y mayor a 30 indica obesidad; en este sentido, existen diferentes grados de obesidad, cuando el IMC está entre 30 y 34.9 es obesidad grado I, cuando está entre 35 y 39.9 se considera obesidad grado II y arriba de 40 es obesidad grado III, llamada obesidad mórbida.
La doctora Rodríguez Garcia mencionó que los síntomas que se presentan cuando los límites del IMC se han rebasado son: problemas de autoestima por la apariencia física, dificultad para moverse, para agacharse y realizar actividades cotidianas, dificultad para respirar, dolores articulares, problemas para dormir y cansancio crónico.
Ante este panorama, dijo, se debe visitar al médico para realizar un chequeo y detectar a tiempo el grado de sobrepeso u obesidad que se tiene y solicitar consulta en caso de que ya exista este problema.
Enfatizó que la obesidad se debe tomar en serio porque genera diferentes complicaciones metabólicas y predispone al desarrollo de otras enfermedades como diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial o infarto cardíaco), enfermedades cerebrovasculares (infarto o embolia cerebral), diferentes tipos de cáncer (principalmente de mama y colon), hígado graso, ovario poliquístico, problemas articulares y problemas psicosociales (aislamiento, baja autoestima o bullying), entre otros.
Dijo que cualquier persona es propensa a padecer obesidad, sobre todo al estar expuestos a un ambiente obesogénico, pero las niñas y los niños son una población vulnerable, ya que dependen de sus padres o cuidadores y están en una etapa altamente influenciable por la publicidad.
Indicó que de acuerdo con la OCDE, la obesidad es una carga para los sistemas de salud, ya que el gasto dedicado a personas obesas es al menos 25% mayor que el que se destina a una persona con peso normal.
En la actualidad, los países de la OCDE dedican el 8.4% de su presupuesto total en Salud al tratamiento de enfermedades relacionadas con la obesidad.
De acuerdo con los más recientes resultados de la Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT) 2018, el porcentaje de población de 0 a 4 años de edad con sobrepeso es del 8.2% en tanto que la prevalencia de sobrepeso en la población de 5 a 11 años es de 18.4% y de obesidad un 19.5%
Respecto a la población de 12 a 19 años, el porcentaje de sobrepeso en ambos sexos es de 24.7% y de obesidad, 15.0%.
Cabe destacar que es mayor la población de hombres (42.5%) que presenta sobrepeso en comparación con las mujeres (36.6%).
En cuanto a obesidad, las mujeres reportan 40.2% y los hombres 30.5%.
A nivel nacional, en 2018, el porcentaje de adultos de 20 y más años con sobrepeso y obesidad es de 75.2% (39.1% sobrepeso y 36.1% obesidad), porcentaje que en 2012 fue de 71.3%.
En el IMSS, 77.5% los derechohabientes de 20 y más años presentan sobrepeso y obesidad, de los cuales 38.7% tiene obesidad, es decir que casi 4 de cada 10 derechohabientes padecen esta enfermedad.