La temporada de frío por lo regular inicia en septiembre y terminará en mayo del siguiente año. Estas fechas se determinaron por el número de frentes fríos que están sucediendo y se tienen contemplados este año.
En esta temporada, las masas de aire frío de Canadá y Estados Unidos se desplazan a nuestro país, lo que provoca que baje la temperatura, tengamos vientos fuertes, lluvias e incluso nevadas en algunos Estados.
Las tormentas invernales que llegan a causar nevadas y neblinas suelen afectar principalmente los Estados del norte.
En enero es cuando se sienten más las temperaturas bajas ya que hay mayor número de frentes fríos.
Es también en esta época en la que nos enfermamos más de infecciones respiratorias agudas, influenza estacional y en estos momentos podríamos ser más propensos a enfermar de COVID-19; a consecuencia de que nos exponemos a fuertes cambios de temperatura.
Además es cuando hay más accidentes por quemaduras e intoxicación por monóxido de carbono.
Pero no se trata de padecer el frío y enfermar, ya que podemos tener una buena temporada, si nos mantenemos atentos a los anuncios que realiza el Servicio Meteorológico Nacional, para estar preparados y saber que días tenemos que abrigarnos más, usar calefacción y ventilar adecuadamente, evitar conducir o transitar por carreteras resbaladizas, así como proteger a nuestras mascotas, el ganado y las plantas.
En esta temporada tenemos que cuidar mucho a las personas que pertenecen a grupos vulnerables como son:
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Los adultos mayores, ya que con la edad el cuerpo pierde más calor del que produce.
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Las y los menores de 5 años, ya que aún no desarrollan su sistema de defensas y se pueden enfermar
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Las mujeres embarazadas y las personas con alergias o enfermedades crónicas que por su condición tengan el sistema inmune bajo.
Una manera de cuidar tu salud, además de abrigarte bien, es seguir algunas medidas para prevenir enfermedades, por ejemplo, es importante que:
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Mantengas tu higiene personal como estornudo de etiqueta (cubriendo nariz y boca con el antebrazo), no escupir, no tocarte la cara con las manos sucias, limpieza y desinfección de superficies y objetos de uso común.
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Laves tus manos de manera frecuente y con la técnica correcta.
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Uses ropa adecuada (gorro, guantes, bufanda y calcetines)
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Evites cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire.
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Consumas alimentos y complementos con alto contenido de vitamina C y D (frutas y verduras).
- Bebas abundantes líquidos.
- No te automediques.
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Si tienes algún síntoma de enfermedad respiratoria, consulta a tu médico y aíslate, evita contagiar a los demás.
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Si perteneces a algún grupo vulnerable o tienes niñas y niños menores de 5 años, vacúnate contra la influenza, cuando sea el momento.