El escenario era perfecto para encontrar los goles que le faltaron en la fase de grupos. El Gigante de la Concacaf recordó su mote y le ganó a Honduras. El 3-0 se consiguió fácil. Todos en el primer tiempo, luego se dedicaron a adormecer a todos.
Por los inconvenientes que presentó el rival tampoco se puede perder el piso. En la banca apenas les alcanzó para estar completos.
Lo rescatable es que Gerardo Martino compuso la brújula. México era una máquina para generar jugadas de gol, pero con poca contundencia.
Por un momento el pensamiento fue pesimista. El Tricolor bombardeó al Buba López, pero no se movió la red. Luis le sacó remates a Héctor Herrera, luego a Rogelio Funes Mori y le robó un balón de los pies a Jonathan Dos Santos. El concierto de llegadas fue variado. Los balones al área llegaron de todos lados.
La preocupación rodeó el ambiente y creció luego de un gol anulado a Funes Mori por estar adelantado unos cinco o seis centímetros.
Hasta ese momento los catrachos se dedicaron a esperar y dar algunos golpes. Arnold Cruz se mantuvo sensato.
La preocupación mexicana terminó en el minuto 25. Rogelio Funes Mori cazó un balón en el aire y con un movimiento perfecto del cuello y la cabeza superó a López. El portero catracho sacó lo que pudo, pero la insistencia mexicana terminó por dar frutos.
Lo que siguió fue un dominio azteca y resignación hondureña. Las bandas fueron los principales accesos para México. Tecatito Corona, Luis Rodríguez y en menor proporción Jesús Gallardo, transitaron fácil.
El Tricolor sintió tranquilidad luego del gol de Jonathan Dos Santos, el jugador del LA Galaxy limpió su error y amplió la cuenta.
Para cerrar un lapso de terror para Honduras Orbelín Pineda a pase del Tecatito Corona puso el tercero.
Desde ese instante México quitó el pie del acelerador y se dedicó a sobrellevar el partido. El pase a semifinales se guardó en la bolsa. En la cabeza de todos estaba el vuelo a Houston para la siguiente fase, pero antes faltaba acabar el juego contra la H.
Los mexicanos llegaron a pecar. El pase estaba tan seguro que hubo distracciones. Alfredo Talavera salió el rescate en un tiro de Jerry Bengston. El histórico hondureño, anotador de un gol en el Aztecazo del 2013, estuvo cerca de marcarle al portero de Pumas.
Arnold Cruz buscó despedirse de forma decente. El auxiliar catracho metió al experimentado Boniek García y luego a Roger Rojas.
Honduras tuvo aproximaciones al área azteca por dos cosas, su ímpetu y las facilidades que les dio México.
A pesar de que los mexicanos bajaron las revoluciones Héctor Moreno logró marcar otro tanto. El jugador de Rayados comenzaba a celebrar, pero su gol se anuló por fuera de lugar.
Gerardo Martino supo que era el momento de mover piezas. El juego estaba finiquitado. Erick Gutiérrez y Carlos Salcedo entraron al campo para no perder ritmo y mantener la ventaja sin esforzarse de más.
México terminó de congelar el juego. Los aztecas caminaron y en pocas ocasiones cambiaron de ritmo.
El Tata realizó más cambios. Alan Pulido y Rodolfo Pizarro, dos de los jugadores más criticados en el proceso de Martino, entraron al campo.
Poco cambió. El Tricolor aburrió a todos. Nunca volvieron a poner en apuros al Buba López. El tiempo terminó y México está en semifinales.