El Cuscatlán no le metió miedo a México, al contrario, el Tricolor se metió a San Salvador para confirmarse como el mejor equipo de la Concacaf.
El 0-2 en el Coloso de Monserrat sólo mostró la categoría de los de Gerardo Martino. La hostilidad y el corazón del equipo salvadoreño no fueron suficiente, el equipo de todos, con personalidad, apagó el infierno y se acerca a Qatar a pasos agigantados.
Héctor Moreno y Raúl Jiménez le dieron el triunfo al cuadro azteca en la plaza más complicada de Centroamérica, en su primera de cuatro visitas consecutivas en el octagonal final.
El Cuscatlán quiso marcar el primero con su constante presión. México soportó el abucheo a su himno y aunque tuvo al infierno albiazul a su alrededor, soportó todo. Bolsas con agua cayeron cuando cualquier mexicano se acercó a la banda.
Un tenue disparo de Vega fue el primer aviso del Tricolor. El abucheo se escuchó estruendoso, y se acrecentó cuando Romo metió un centro que se fue por encima de la portería de González.
Las lesiones llegaron al Tricolor. Araujo tuvo que ser atendido por un golpe en el hombro y Vega hasta salió de cambio por un golpe. Tecatito Corona tomó su lugar.
La llama en el corazón salvadoreño se encendió cuando Larín disparó cruzado. Ochoa observó el esférico lejano, pero el Coloso de Monserrat lo tomó como si subiera al marcador. La hostilidad fue constante. México la pasó mal por unos minutos. Tamacas le hizo un caño al Chucky Lozano y de paso consiguió pintar de amarillo al Muñeco Diabólico. El Tricolor no estuvo cómodo, fue la sapiencia de Funes Mori la que sacó adelante al equipo de todos. El Mellizo le bajó el balón a Rodríguez. Charly ni lo pensó y disparó. González tapó con apuros y sin saberlo, le abrió la puerta a México.
La pelota parada, dolor de cabeza cuscatleco en toda la eliminatoria, fue letal. Moreno, pasadito del punto penalti, le ganó el salto a Jacobo y picó al fondo de la red. ¡Gol de México!
El Cuscatlán quedó silenciado. El Chucky aprovechó para acercarse de nuevo, aunque González, con problemas, alcanzó a tapar el tiro.
Después de la anotación, El Salvador no se repuso. La presión constante de México los obligó a dividir los balones. Romo, Moreno y Araujo mostraron sapiencia hasta que el descanso llegó.
Para el complemento, el infierno salvadoreño quedó en una flamita que no quemó el futbol mexicano. Funes Mori metió el cuerpo y a la entrada del área fue derribado. Fischer no lo dudó y expulsó a Jacobo para confirmar el buen encuentro del delantero de Monterrey.
Con más corazón que futbol, El Salvador lo intentó gracias a su capitán. Roldán la puso en la red… por fuera.
El Tata Martino aseguró el encuentro de inmediato. Gallardo, Herrera y Jiménez entraron para una constante transición con toque de balón.
Al juego no le pasaba nada y Araujo, con su roja, volvió a encender al Cuscatlán. Chiflidos, bolsas de agua y mentadas fue lo más leve que le llovió al central del Celta de Vigo.
“Vamos, vamos Selecta, que esta noche, tenemos que ganar” era la voz del campo salvadoreño mientras el Tata movió piezas en el campo. El Chaka Rodríguez entró por Lozano para mover de central al Cata Domínguez.
Hugo Pérez creyó en la igualada. Hizo tres cambios de un jalón. Pérez, Díaz y Moreno presionaron. En su mejor momento, El Salvador se salvó. Tecatito y Herrera hicieron una pared perfecta. Corona quiso sentenciar, González evitó el 2-0.