Guanajuato fue el estado del país que acumuló el mayor número de reportes de personas desaparecidas y no localizadas entre 2007 y 2017, a más del 93% se le localizó con vida; no obstante, ese escenario fue cambiando ya que en 2016 se suscitaron incrementos en estas cifras.
En el municipio vecino se Acámbaro, desde 2017 se realizan misas callejeras buscando la paz en aquella ciudad y donde el sacerdote anuncia los nombres de los desaparecidos que hoy suman alrededor de 72 personas, algunas con más de cuatro años en tal situación.
Y tal como en Acámbaro, a lo largo de todo el estado empezaron a nombrarse a los desaparecidos.
En Guanajuato se registran cifras más elevadas que en entidades como Tamaulipas, Estado de México, Chihuahua, Sinaloa o Jalisco; pero a diferencia de ellos, en Guanajuato se han encontrado con vida a más del 90% de los desaparecidos, aunque lastimosamente esa realidad fue solo entre 2007 y 2017, pues hoy, la realidad es otra y hoy suman más de 2 mil 60 personas que aún continúan desaparecidas.
Un dato a resaltar es que en el sexenio de Felipe Calderón y su llamada “guerra contra el narco” llevaba tres años en marcha, la desaparición de personas iba en aumento en estados norteños como Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. El bajío no figuraba entonces, ni siquiera cuando, a principios de julio de 2009, las autoridades estatales informaron que en una casa de la comunidad La Cuevita, en Apaseo El Alto se encontraron osamentas de, por lo menos, 14 personas.
El gobierno local, pese a la existencia de evidencia, negó por años que en Guanajuato existieran fosas clandestinas.
Por otro lado, en el 200, a las oficinas de la organización Las Libres, llegaron varias mamás que buscaban a sus hijas desaparecidas. Al menos cuatro jovencitas que vivían en la colonia 10 de mayo, en León, Guanajuato, estudiaban en la misma secundaria y desaparecieron en las mismas calles.
Las mamás investigaron y lograron dar con las estudiantes. Quienes se las llevaron las tenían trabajando en un bar de San Francisco del Rincón.
Entre 2000 y 2010, las Libres acompañaron a otras madres de jóvenes desaparecidas.
Pese a lo anterior, en febrero de 2020, el académico Fabrizio Lorusso, alertaba que en Guanajuato, por lo menos 1,040 personas estaban desaparecidas y que existía un intento de ocultamiento de datos por parte de la Fiscalía.
En el estado de Guanajuato, las desapariciones fueron aumentando de forma notable conforme surgían colectivos de familiares en municipios como Irapuato, León, Acámbaro, Salvatierra o Silao.
Los integrantes de esos grupos comenzaron a documentar los casos y de esa forma, lograron identificar algunos modus operandi. Por ejemplo entre 2018 y 2020, se registraron varias desapariciones que ocurrieron de forma similar: grupos armados llegaban a las casas y se llevaban a los hombres jóvenes. Aquellos hechos ocurrieron, en Celaya, Pénjamo, Villagrán y en la colonia División del Norte, en Salvatierra.
Lamentablemente, los cuerpos de algunos de esos jóvenes fueron encontrados durante 2020 en las fosas del Barrio de San Juan, en Salvatierra, y en las fosas del Cerro Prieto, en Moroleón.
Hoy por hoy, en diversos municipios de nuestro estado, los familiares de personas desaparecidas piden a los medios no publicar su nombre.
En Acámbaro, la presencia del Cártel de Santa Rosa de Lima aún se siente, sobre todo su lucha con otros cárteles por el control de este territorio.
Acámbaro también es uno de los municipios que ahora está en el mapa de fosas clandestinas del país.
Actualmente se escucha y se lee al estado de Guanajuato como una estadística más de fosas clandestinas y desapariciones, muy distante de aquellos tiempos en los que ni siquiera se figuraba en ese tipo de acontecimientos.
