Una alergia es una respuesta exagerada a una proteína ambiental, alimentaria o incluso a algunos epitelios -tejido formado por una o varias capas- de animales. Esta reacción del organismo origina cierta sintomatología, principalmente comezón, estornudo, falta de aire, ronchas o inflamación de alguna parte específica del organismo.
“Entre las causas se encuentran: la exposición al polen ambiental, alimentos, medicamentos y a ciertos tipos de animales”, dijo el doctor Ulises Noel García Ramírez, alergólogo de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Las enfermedades alérgicas tienen mayor prevalencia en infantes, aunque no quiere decir que no se presenten en la vida adulta, porque existen pacientes que inician con el padecimiento entre los 18 y 40 años de edad, sin haber presentado algún antecedente.
Estos padecimientos no son curables, no existe tratamiento para curación, pero los pacientes llegan a controlarse hasta en un 90 por ciento y cursar sólo síntomas intermitentes; la estabilidad es totalmente notable.
Una alergia que no es atendida, o que lo es de manera inadecuada, puede iniciar afecciones más graves, por ejemplo, un paciente con rinitis alérgica, que no evoluciona, puede llegar a padecer asma, por el descontrol, generando alteraciones en su calidad de vida.
Otra parte importante es no utilizar en exceso los productos químicos de limpieza porque la exposición a ellos puede exacerbar la sintomatología. Por último, recomendó evitar la automedicación para no incrementar alguna afección.