Aunque por las mañanas el tráfico en el camino a Mancera ha mostrado cierta regularidad, en las tardes la problemática se agudiza. La salida de estudiantes de un colegio ubicado en la zona provoca que decenas de padres de familia se estacionen en fila sobre la vialidad, ocupando por completo un carril y generando un caos vehicular a plena vista de las autoridades, sin que nadie intervenga para ordenar la circulación.
La molestia ciudadana radica en que esta práctica impide transitar con normalidad y provoca que la carga vehicular se intensifique hasta la parte más alta del puente que atraviesa el libramiento Valle de Santiago–Irapuato. La situación ha derivado en accidentes, como el registrado el pasado martes.
Al respecto, el presidente municipal reconoció que existe un embotellamiento en la zona alrededor de las 14:00 horas, momento en el que los estudiantes egresan de la institución educativa.
Paradójicamente, el problema ocurre a escasos metros del C4, pero la presencia de agentes de Tránsito Municipal brilla por su ausencia. Aunque el alcalde, César Prieto, asegura que la cercanía con el centro de monitoreo garantiza presencia policial, la realidad es que ningún elemento regula el flujo vehicular. La contradicción entre lo que afirma la autoridad y lo que viven los ciudadanos a diario genera enojo y desconfianza.
El desorden vial ha llegado a consecuencias graves. La desesperación de algunos conductores ya ha derivado en percances, como el del pasado martes, cuando un joven motociclista se impactó contra una camioneta y cayó sobre la cinta asfáltica. Aunque salió ileso, los daños materiales y la obstrucción al tránsito fueron inevitables.
“Mientras los padres de familia se sigan estacionando hasta en doble fila para dejar o recoger a sus hijos en esa escuela va a seguir el tráfico, se paran hasta llegar a la mera puerta de la escuela y eso entorpece el tráfico”, comentó un usuario en redes sociales.
Lo más alarmante es que, aun con señalamientos que prohíben estacionarse y con el C4 a tan solo unos metros, ni Tránsito Municipal ni Seguridad Vial intervienen. Los padres de familia, por su parte, mantienen una conducta irresponsable y cómoda, anteponiendo su conveniencia personal al derecho de todos los demás a circular libremente.
La combinación de omisiones oficiales y la falta de cultura vial de los padres ha convertido este tramo en un foco constante de conflictos, accidentes y enojo ciudadano.


































