Por: Ivan Juárez Popoca Guerrero
LOS POLÍTICOS DE ACCIÓN NACIONAL y de otros partidos, han tenido en nuestra comunidad una visión muy desafortunada de lo que es el arte. En lugar de propiciar la participación del talento local –que abunda- y de dar difusión a todo tipo de manifestaciones, los encargados del área cultural se han cerrado de una manera absurda, negando incluso la utilización de espacios públicos; sin darse cuenta de que las actividades artísticas les podrían redituar en lo político y hasta en lo económico.
Y hablando de economía: “no tenemos recursos” es la cantaleta que cualquier creador ha de escuchar cuando solicita cosas tan elementales como la publicidad para algún evento. La pregunta es: ¿Qué hacen con los recursos del pueblo que deberían destinarse a la cultura, entendiendo ésta como una manera de educar, alejar a la gente de conductas negativas e incluso de propiciar la felicidad.
Algunos burócratas inclusive pretenden conocer de la actividad en las más altas esferas y desprecian trabajos de índole popular, y no por ello menos valiosos. Además, sin hacer un análisis objetivo, consideran que cualquier artista venido de fuera es mejor que los que trabajan en la ciudad. Al menos en la práctica, esa parece ser la actitud. Cuando que debería haber un sano balance entre los artistas, famosos o no famosos, enviados desde el centro y la participación del talento salmantino.
Alicia Muñoz Olivares, de conocida trayectoria y candidata actual a una regiduría por el PRI, ha convocado a una reunión para tratar el tema del arte y la cultura en general. Ésta se llevará a cabo el martes 22 de mayo a las 17:30 en el Salón La Torre, ubicado en la colonia El Durazno. Me parece un acto importante que un personaje de la política se preocupe por este tipo de temas. Una de las miopías de los políticos es no dar importancia a una actividad que debería ser de las prioritarias, pues contribuye a la reconstrucción del tejido social, promueve el turismo, la ocupación creativa y cuya contemplación –afirmaba el filósofo Shopenhauer – es uno de los pilares para lograr la paz interior y una modesta pero verdadera alegría.