El despertar de la sociedad civil guanajuatense
Es de llamar la atención el fenómeno de participación social que estamos viviendo los guanajuatenses después de una larga vigilia de adormecimiento de la conciencia e inmovilidad a pesar del evidente deterioro de las condiciones de existencia de la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, que desde luego nos afecta a todos, como son la promesa no cumplida de que disminuiría el precio de los combustibles con la aprobación de las llamadas “reformas estructurales” y que en este año han experimentado su tercera elevación, que han disparado de inmediato los precios de todos los productos de consumo primario, esenciales para nuestra salud y bienestar.
Las noticias de ese despertar nos llegan desde el norte del estado de Guanajuato, en la región conocida como “la Cuenca de la Independencia”, en donde los Ludovicences, que así se les llama a los nativos de San Luis de la Paz, se han puesto en movimiento emprendiendo una rápida y enérgica movilización social en defensa de la sustentabilidad de su territorio integrado por cinco municipios en la misma región y ante la pretensión de instalar una empresa de alto riesgo que antes fue motivo del rechazo de los salmantinos.
Nuestra sorpresa, pronto encuentra respuesta de por qué en tan poco tiempo se ha podido movilizar tanta gente. Nos informan los medios de comunicación que la marcha convocada para el pasado domingo 11 de septiembre tuvo una asistencia de más de dos mil entusiastas ciudadanos que marcharon por las principales calles de la ciudad que da nombre al municipio, con la participación de diferentes organizaciones “llegadas de los vecinos municipios de Doctor Mora, Dolores Hidalgo, San Miguel Allende y San Diego de la Unión”, entonando consignas de rechazo a la planta que se pretende instalar ahí, dice la nota periodística y lo que une a esa región y le da identidad de lucha es que todos pertenecen a una misma cuenca hidrográfica, la Cuenca de la Independencia que los une en beneficios y en sus problemas.
Los beneficios que reciben todas las actividades económicas de la región están vinculadas al agua de la cuenca y también las carencias y enfermedades de sus habitantes están ligadas a la sobreexplotación de la misma, que en diferentes momentos de su historia los ha hecho que se organicen para defender un recurso cada vez más escaso, de menor calidad y que es indispensable para la sobrevivencia de la región.
Entre las organizaciones participantes en la marcha en defensa por el territorio y sus recursos naturales destacan los integrantes de la Organización de Ciudadanos Ludovicenses en Defensa del Medio Ambiente y la Coalición en Defensa de la Cuenca de la Independencia.
San Luis de la Paz tiene un suelo de vocación agrícola ganadero y que con la llegada de una empresa de alto riesgo rompe con el tipo de actividades que están dentro de la tradición de una región que cuenta también con un importante sector de comunidades originarias de cultura Chichimeca.
Todos estos elementos dejan ver una organización y tradición de lucha que hoy ofrece un panorama con gente del pueblo puesta en movimiento en defensa de sus recursos naturales en forma por demás aguerrida; con razón el cuadernillo N° 46 de la publicación Guanajuato en Marcha, hace más de 20 años decía al hablar de la actividad política en esta región:
“Sin participación popular, sin organización, no va a haber un verdadero desarrollo de la región por más planes que se hagan.
“El propósito central es mejorar el nivel de vida de la población en el norte de Guanajuato a través de un proceso participativo en las propuestas, así como en la toma de decisiones por parte de la población en cuanto a acciones para mejorar su existencia. Los pobladores de esta región han hecho un enorme esfuerzo de resistencia organizativa y democrática para plantear soluciones a muchas de sus necesidades y problemas.”
Como podemos ver el reto que ahora enfrenta la gente de esa región en defensa de su medioambiente no es una lucha fácil y menos en un país como el nuestro en donde los intereses económicos de quienes detentan el poder son más determinantes que las demandas de atención al bienestar de la población, pero la unidad combativa de gente de cinco municipios y muchas de sus comunidades, tampoco es un escollo fácil de salvar para los tomadores de decisión del gobierno.